Junts rompe el Govern y empuja a Aragonès hacia el PSC y los comunes
Cuatro escenarios tras la ruptura del gobierno de coalición de Junts y ERC en Cataluña
Barcelona
Desde ayer, Junts es un partido de oposición más en el Parlamento de Cataluña. La militancia de la formación creada por Carles Puigdemont, en 2017, decidió romper el Govern catalán con el 55,7% de los votos en la consulta interna que la dirección ... planteó a las bases con la idea de resolver la división de la cúpula. Ganaron los de la riña. Venció Laura Borràs. Perdieron los que planteaban seguir con ERC en la Generalitat como trampolín para conseguir la independencia. Mismo objetivo, distinta estrategia. Ahora, Junts tendrá las manos libres para ejercer una oposición que se prevé muy dura contra Pere Aragonès, quien tras conocer los resultados, señaló que «en los próximos días» renovará el Govern con el nombramiento de nuevos consejeros para llegar hasta el final de la legislatura –febrero de 2025–.
Así, el presidente de la Generalitat, desde la galería gótica del Palau de la Generalitat, lamentó la decisión de Junts y anunció su intención de completar la legislatura. Aragonès señaló que por una cuestión de «responsabilidad» seguirá gobernando en lo que se prevé que sea un gobierno políticamente monocolor, solo de militantes de ERC. En una clara alusión a los que hasta este viernes eran sus socios, dijo que: «A la ciudadanía no se la sirve abandonando responsabilidades». Y descartó que él y ERC vayan a dar ese paso, que supondría la convocatoria de unas elecciones. «Hay que seguir gobernando, sería irresponsable dejar al país sin Govern y en una posición de interinidad», añadió.
El presidente autonómico dio a entender que, una vez perdido el apoyo de Junts, seguirá insistiendo en su estrategia de ampliar alianzas y complicidades, tanto desde una perspectiva de izquierdas como a favor de la secesión. Aragonès apeló a la «Cataluña del 80%», en alusión a una hipotética mayoría de ciudadanos partidarios de la celebración de un referéndum de independencia, en lo que se leyó como un guiño a los comunes y al PSC.
Dos anys perduts i un govern trencat, enmig d'una crisi econòmica, mai és una bona notícia.
— Jéssica Albiach (@jessicaalbiach) October 7, 2022
La ciutadania necessita governs forts i estables. A partir d’avui s'obre una nova oportunitat de posar Catalunya en marxa amb una majoria progressista.
En esta línea, Jéssica Albiach, líder de los comunes en el Parlament y en la que desde hoy se fijan todas las miradas, no cerró la puerta a iniciar contactos para dar algo de estabilidad al Govern. En un comentario en Twitter admitió que «a partir de ahora se abre una nueva oportunidad de poner Cataluña en marcha con una mayoría progresista». Por su parte, el PSC convocó a la ejecutiva a una reunión extraordinaria para el lunes.
«Junts ha hablado»
Todo saltó por los aires pocos minutos después de las cinco de la tarde. Con una alta participación, el 79,18% de los 6.465 militantes con derecho a voto de los afiliados de Junts optaron mayoritariamente por responder «no» a la pregunta: «¿Quieres que Junts siga formando parte del Govern de Cataluña?». Un 55,73%, frente al 42,39% de los militantes que se decidieron por el «sí». Un 1,88% de los afiliados que votaron lo hicieron «en blanco». Una falla en toda regla, aunque desde Junts se trató de quitar importancia.
Sin embargo, a lo largo de las últimas horas (se podía votar entre el jueves y el viernes), los dirigentes del partido, reconocían que no se podía descartar una escisión. Una opinión que la semana pasada no se verbalizaba en público y que en los últimos días empezó a resonar con fuerza. 'A priori', parecía más factible la escisión si perdía la opción de romper con ERC. Sin embargo, los rupturistas vencieron. En cualquier caso, Junts entra, ahora, en un terreno desconocido.
Minutos antes de dar a conocer oficialmente el resultado de la consulta, a través de un breve comunicado, Jordi Turull habló con Aragonès para informarle de la decisión acordada, según confirmaron a ABC fuentes de la presidencia autonómica. Poco después, Junts celebró una ejecutiva extraordinaria, en la que se analizaron el resultado y los próximos pasos a dar. Posteriormente, comparecieron ante la prensa Turull y Borràs, que confirmaron que seguidamente de conocer la victoria del «no» los seis consejeros autonómicos habían presentado su renuncia ante Aragonès.
Borràs, que apareció con un rostro de satisfacción en comparación con el de Turull, señaló que «Junts ha hablado y ha decidido salir del Govern», y argumentó que esta decisión se debe a que, desde su punto de vista, «no se estaba cumpliendo el acuerdo que firmamos con ERC y esto quiere decir que no se estaba cumpliendo el mandato de las urnas del 14-F».
Desde Junts se viene acusando a ERC de no dar pasos a favor de la secesión y de incumplir el pacto de investidura en tres asuntos: no se ha creado una dirección estratégica del independentismo –para encajar al Consell per la República–, la mesa de diálogo con el Gobierno no trata solo asuntos sobre la autodeterminación y Junts y ERC no trabajan coordinados en el Congreso y el Senado.
Turull: «Todo encaja»
Con todo, la presidenta de Junts, que ha votado salir del Govern, dijo que, con la consulta, «Junts gana y Pere Aragonès pierde». Y añadió: «Constatamos que el gobierno de Aragonès es un gobierno fracasado y sin legitimidad, que prefiere pactos con el PSOE. Ninguna de sus apuestas ha dado rédito. Nuestra salida es un acto de coherencia y responsabilidad. Nuestra militancia ha dicho que no quiere estar en un gobierno que no avance hacia la independencia».
En esta línea, preguntados por la reacción de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, quien tras conocer la ruptura del Govern, rápidamente, tendió la mano del PSC liderado por Salvador Illa para dar estabilidad a Aragonès, Turull dijo: «Todo encaja». Y Borràs, añadió: «Solemniza una obviedad».
Está por ver, ahora, cómo gestiona la dirección de Junts la palpable división interna. 55 a 42. Un partido fracturado. Sin embargo, Borràs aseguró que «todos los votos son votos que la dirección tiene en cuenta» y dijo que «la consulta demuestra que somos un partido plural». El argumento utilizado fue que, por encima de todo, defienden la «radicalidad democrática». Cueste lo que cueste.
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