Todos para uno y uno para toda España

Somos muchos, muchísimos, los que hemos querido sacudirnos la caspa y los complejos y salir en defensa de Felipe VI como él salió en la nuestra en su discurso del 3 de octubre de 2017. Y otra vez ahora, el 25 de diciembre de 2022. Los catalanes tenemos Rey, vaya sí lo tenemos. Los catalanes tenemos suerte.

En la presentación del libro, yo pedí que nos «mosqueterizáramos» sin rubor, todos para uno y uno para todos. Que dejáramos de asistir resignados y pasivos a la erosión de las instituciones, de la más alta a la más baja. Me niego al apagón de la Corona en Cataluña. Yo no voté jamás a Pablo Iglesias, y tuve que sufrir su vicepresidencia. Yo no votaría jamás de los jamases a Irene Montero, a Pedro Sánchez, a Carles Puigdemont. Y les he tenido o les tengo que soportar, porque una mayoría, o algo que la actual ley electoral hace ver que es una mayoría, les había votado. Pero a veces las mayorías (o minorías insultantemente privilegiadas) se lanzan a funcionar como algo parecido a mafias.

Por eso es bueno que haya un último bastión, algo o alguien a quien no ha votado nadie y hemos votado todos o, si lo quieren ver de otra manera, algo o alguien que al no estar sujeto a miserias electoralistas puede poner las luces largas del Estado y ampararnos y protegernos a todos. A monárquicos, republicanos y mediopensionistas. Todos para uno y uno para toda España.

Anna Grau es diputada de Cs en el Parlamento de Cataluña