Pere Navarro aspira a convertir el Delta del Llobregat en el distrito de la industria 4.0

El actual DFactory, que es la primera fase, ya genera sinergias de colaboración, al ser un espacio de innovación abierto y un ecosistema basado en el talento y la inversión en tecnología, al reunir a las grandes corporaciones empresariales, como HP, con startups, centros de innovación y laboratorios, ha apuntado Navarro este sábado en el programa «Converses» de COPE Cataluña y Andorra, con la participación de ABC. El máximo representante del CZFB quiere «acelerar» la construcción de esta segunda fase, porque hay potencial y posibilidades de demanda. «Se está negociando con algunos inversores privados para crear una sociedad mixta, poner en marcha el proyecto lo más rápido que sea posible y poder gestionarlo conjuntamente», ha afirmado. Desde el Consorcio «solo ponemos dos condiciones: que el aspecto físico del nuevo edificio sea como el actual y que el objetivo sea crear industria 4.0». En defintiva, se trata de crear un campus, una unidad que «bajo la marca D-Factory convierta la Zona Franca en una fábrica de oportunidades y también de creación de empleo», ha apuntado.

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Navarro señala que el impacto en intangibles e imagen para ciudad es mucho mayor, puesto que han participado hasta ahora 147 países, se celebran congresos internacionales y Barcelona se ha convertido en la capital mundial de la logística

Precisamente el actual edificio DFactory, de 17.000 metros cuadrados, recibirá del 8 al 10 de noviembre a más de 200 profesionales internacionales que participarán en la Conferencia de Zonas Francas de Iberoamérica, organizada conjuntamente por la Asociación de Zonas Francas de las Américas (AZFA) y el CZFB, con la colaboración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y la Global Alliance of Special Economic Zones (GASEZ). La cumbre contará con la participación del presidente de la World Free Zone Organizartion (WFZO), Mohamed Alzarooni, la presidenta de la Asociación Mundial de Zonas Francas (AZFA), Claudia Pellerano, y Pere Navarro, que compartirá distintas iniciativas del Consorci.

La cumbre de zonas francas internacionales coincidirá con la edición de este año del Smart City Expo World Congress, de Fira de Barcelona y reunirá a la comisión ejecutiva de estas zonas de comercio internacional de todo el mundo, convirtiéndose, Barcelona, de nuevo, en la capital atlántica de las zonas francas, donde trabajan más de un millón de personas y tienen una gran relevancia en la economía. Navarro ha avanzado que «se hablará de la digitalización, de nueva economía, de cómo las zonas económicas especiales se adaptan a procesos más rápidos que nunca en la historia». También los delegados participantes en la cumbre conocerán el supercomputador de Barcelona de la mano de Mateo Valero, y la «hidrogenera» que Iberdrola ha instalado en el polígono de la Zona Franca barcelonés.

El delegado especial del Estado en el CZFB se ha mostrado como un firme defensor de la ampliación del aeropuerto Josep Tarradellas del Prat, «porque una gran capital necesita infraestructuras de vuelos transoceánicos», con la puntualización de que «sean los expertos los que decidan cómo debe de hacerse». Sobre el debate medioambiental, Navarro ha recordado que «un 75 por ciento del territorio de la región metropolitana de Barcelona ya está protegido y esto tendría que compensar las posibles pérdidas» de la ampliación aeroportuaria. Navarro argumenta que «el mundo de la aviación evoluciona rápidamente y los aviones del futuro no contaminarán ni haran tanto ruido, de modo que si no se amplía El Prat se perderán oportunidades y empleo».

Navarro también se ha referido al proyecto de convertir el histórico edificio de Correos de Via Laietana en un hub digital donde confluya formación de nuevos perfiles profesionales y empresas. El proyecto, pese a parecer que está «encallado», sigue su curso a la espera de la posible investidura de Pedro Sánchez y de la nueva legislatura en el Congreso de los Diputados. Según ha dicho, ya existe un acuerdo con el Ayuntamiento de Barcelona para hacer «un cambio de usos» y el CZFB está pendiente, con Correos, de encontrar «una fórmula que permita gestionar el edificio», en el que se invertirán 50 millones de euros en su reforma interior para adaptarlo a las nuevas necesidades.