La mujer que mató a su expareja en Calella alega legítima defensa: «Era mi vida o la de él»
La acusada, Carol, incurre en contradicciones y asegura que no fue consciente de la gravedad de Juan Pablo tras clavarle un cuchillo de cocina. Sostiene además que el hombre la maltrataba
La mujer que asesinó a su pareja y socio del bar que regentaban en Calella se enfrenta a 22 años de cárcel

Carol se enfrenta a 22 años de cárcel por matar a su expareja, Juan Pablo, en julio de 2023. Este martes, durante su declaración, la acusada ha apuntando que la cuchillada que le propinó por la espalda fue en legítima defensa, cuando ... este le intentaba quemar la cara en uno de los fogones del bar que regentaban en Calella (Barcelona), tras una discusión. «Era mi vida o la de él», ha apuntando a preguntas de la fiscal. La tesis de la acusación pública es que la mujer atacó al individuo estando este desprevenido y bajo los efectos del alcohol y que después, además de grabar su agonía -y enviar dichos vídeos a su progenitora-, tardó más de media hora en alertar a Emergencias. Los sanitarios, a su llegada al local de la avenida Vallderoure, ya no pudieron hacer nada para salvarle la vida.
La defensa de Carol, de 45 años y nacionalidad colombiana, pide su absolución y califica los hechos de homicidio involuntario con las atenuantes de legítima defensa y embriaguez. La acusada, que ha contestado a preguntas de todas las partes, ha relatado que era víctima de malos tratos continuados por parte de Juan Pablo. Lo conoció en Bogotá cuando ejercía como prostituta. Con él se trasladó a Cataluña y ambos comenzaron a regentar el bar 'La terraza de Pablo'. Como ella era la única que tenía la documentación en regla, constaba como titular del local. El consumo de alcohol incrementaba, según la acusada, la agresividad de su pareja, que la agredía de forma habitual.
Lo dejó en 2022, pero ambos siguieron al frente del negocio, donde también residían aunque «en camas separadas», ha precisado ella. El día del crimen, el 10 de julio de 2023, ambos estuvieron para la tarde en un par de locales, consumiendo cerveza. Carol, pasadas las horas, insistió a Juan Pablo para marcharse, ya que al día siguiente tenían una reserva para celebrar un cumpleaños. Según la acusada, este se negó ya que quería seguir bebiendo. Ella se marchó se sola y comenzó a cocinar, pese a que ya era de madrugada. Como también había consumido alcohol, no le pareció inapropiado.
A su vuelta, según el relato de la mujer, Juan Pablo comenzó a insultarla. Luego llegaron los golpes hasta que, la habría arrastrado para poner su cara junto a uno de los fogones, con la intención de quemarla. «Me agarró del pelo, y yo hice resistencia», ha relatado entre sollozos. Asegura que fue entonces, para tratar de defenderse, cuando alargó el brazo para tratar de alcanzar algún utensilio de cocina con el que golpearlo. «Siento algo de madera y se lo lanzo y él se retiró. Fue entonces cuando vi el cuchillo en mi mano. Él me dijo: 'Hija de puta, me cortaste' y entonces vi que la salía un poquito de sangre», ha indicado ante el tribunal del jurado.
Según su relato, fue el propio Juan Pablo quien le pidió que no llamase a una ambulancia, porque hacía unos días se lo habían «llevado detenido» tras agredirla y no quería que «se lo llevaran preso». Carol ha asegurado que su intención no matarlo, sino quitárselo de encima. Sobre los vídeos que captó de él agonizando, y que envió incluso a su madre, ha asegurado que, debido a sus problemas con el alcohol, tenían por costumbre grabarse, para ver lo que hacían, con la intención de concienciarse e ir a terapia.
El hombre ya estaba en el suelo, por la cuchillada que tenía en la espalda. «Lo grabé pensando que se había dormido», ha indicado la acusada. «Le dije: 'Despiértate'. Cuando le di la vuelta estaba roncando y le hice un vídeo. Le dije a mi madre: 'Tuvimos una discusión' y le conté lo que había pasado. Entonces ella me dijo: 'No está roncando, llama a una ambulancia' y yo llamé».
Las acusaciones no se creen el relato de Carol, entre otras, por las numerosas contradicciones en las que ha incurrido durante su declaración. Ante instrucción aseguró que aquella fecha había bebido dos cervezas. Es decir, que no se encontraba bajo los efectos del alcohol. Este martes ha indicado que fueron 30 las que consumió. Es decir, tratando de justificar la atenuante. También ha variado su relato respecto a cómo se produjo la supuesta agresión previa de Juan Pablo, e incluso de lo que sucedió después de que ella lo atacase con un cuchillo de cocina.
«En las primeras declaraciones no me acordaba casi de nada, estaba muy borracha ese día. Con el tiempo, con las terapias de las psicólogas y el psiquiatra, que me han ido preguntando una y otra vez, me he ido acordando de las cosas», ha tratado de justificar la mujer.
Además de la acusada, durante esta segunda sesión del juicio en la Audiencia de Barcelona han declarado varios testigos. Entre ellos, una vecina que ha asegurado que en ningún momento escuchó gritar a la víctima, tal y como ha indicado la mujer, que sostiene que su ya expareja la estaba insultando y amenazando. Según la testigo, fue al contrario.
«No fue la primera vez que vino la Policía, pero esta vez algo grave estaba pasando. Yo no llamé, pensé que ya llamaría alguien», ha relatado la residente en el 2º 2ª del edificio donde se ubicaba el bar de víctima y acusada. Según ha apuntando la vecina, los gritos eran tan fuertes que tanto ella como su pareja se levantaron de la cama. «De él [Juan Pablo] no escuché nada. No estoy mintiendo. A ella la oí decirle: 'Hijo de puta, cabrón, no vales para nada, eres una mierda'. Y escuché como si cayera toda la vajilla del bar. Era brutal, brutal».
Por su parte, los técnicos de Emergencias que atendieron a Juan Pablo han detallado que a su llegada estaba ya muy grave, y pese a sus maniobras, no consiguieron salvarle la vida. El juicio continuará mañana, miércoles, con más testificales.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete