La memoria fotográfica de dos historiadores lleva hasta una cruz robada en 1981
Juan Carlos y Marc aún estudiaban el grado de Historia cuando tuvieron que catalogar un fondo fotográfico. Cinco años después, recordando una de esas imágenes, localizaron una pieza desaparecida, a la venta en una subasta online
Un robo sacrílego, resuelto 42 años después
Los dos doctorandos de Historia del Arte que llevaron hasta la cruz robada (de fondo) en 1981
Juan Carlos Calvo y Marc Millan estudiaban Historia del Arte en la Universidad de Barcelona cuando, en 2018, catalogaron un fondo de unas 200 imágenes. Varias piezas del I Congreso de Arte Cristiano de Cataluña, que data, explica el primero, de ... 1913. Fue así como, tratando de saber qué había pasado con ellas, comprobaron que algunas habían desaparecido, sobre todo, durante la Guerra Civil. Pasados cinco años, y ya doctorandos en la Universidad de Zaragoza; Juan Carlos, en pintura barroca, y Marc, en orfebrería y platería del mismo periodo, localizaron uno de los objetos desaparecidos.
«Trabajamos con imágenes y tenemos la memoria visual muy desarrollada«, cuenta Calvo a este diario y es que, por »causalidad«, encontraron por internet la foto de una cruz gótica que ellos mismos habían catalogado. La pieza estaba a la venta en una casa de subastas, Setdart, y su precio de salida era de 10.000 euros. Pese a que muchos de los objetos de las fotografías que habían clasificado guardaban gran parecido -por pertenecer a la misma época-, su pericia les permitió reconocer que se trataba de la cruz de la parroquia de Sant Martí Sarroca (Barcelona). Para cerciorarse, compararon así las imágenes de la puja y las del archivo y corroboraron que se trataba del mismo objeto. La hemeroteca hizo el resto: «Vimos en ABC que la había robado en 1981».
Eso ocurrió el pasado 15 de octubre, y la subasta se celebraría solo 48 horas después, por eso alertaron a los legítimos propietarios de la pieza, la Diócesis de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona) cuyos responsables lo pusieron en conocimiento de los Mossos d'Esquadra. La Policía consiguió recuperarla en la casa de pujas, junto a un relicario de San Martín, también sustraído en el mismo robo.
Así, gracias a la memoria visual de ambos historiadores, la Policía catalana resolvió, 42 años después, el «robo sacrílego», tal y como lo tituló entonces este. Juan Carlos y Marc, de 27 años, están terminando ahora su doctorado. Y quién sabe, quizá otra casualidad, su buen hacer -y la memoria- les lleven a localizar otra de las piezas extraviadas del fondo que catalogaron en 2018, y que en su día «se dio por perdido», apunta el primero.