Quién es Marcela Topor, mujer de Carles Puigdemont: una pitonisa rumana con experiencia en televisión

A la espera de saber si resulta elegido presidente por segunda vez, su vuelta a Cataluña podría suponer el reencuentro con su actual esposa, Marcela Topor, y sus dos hijas adolescentes, Magali y María. Ellas siguen residiendo en la vivienda de Gerona que el de Junts abandonó para huir hasta Waterloo.

La desconocida mujer del político catalán es uno de los vínculos que sigue manteniendo atado a Puigdemont a Cataluña. Pero ¿quién es en realidad Marcela Topor, la mujer del candidato de Junts? Te contamos todo lo que debes saber sobre esta pitonisa rumana que conquistó el corazón del de Gerona hace más de 25 años.

El amor entre Carles Puigdemont y Marcela Topor surgió de manera inesperada sobre un escenario en 1998. La mujer del expresidente catalán, natural de Rumanía y aficionada al teatro, acudió a Gerona con la compañía de teatro Ludic Theatre para participar en un festival internacional de teatro amateur. Fue allí donde ambos se conocieron y comenzaron su romance, aunque poco después Marcela volvió a Moldavia, donde residía entonces.

Esta larga distancia que les separaba no afectó a su relación: el político se trasladó en varias ocasiones a Lasi, donde la joven vivía, para mantener viva la llama e incluso viajaron hasta París para estar juntos. En el año 200, tras dos años de relación, la pareja se daba el 'sí, quiero' en dos ceremonias diferentes: una boda en Rosas, en una ceremonia laica, y otra en Rumanía, por el rito ortodoxo.

Topor decidió entonces trasladarse definitivamente a España para estar con su marido y, antes de aprender español, optó por estudiar catalán. Gracias a su formación de periodista y filóloga inglesa y a la influencia de Puigdemont, la mujer del candidato de Junts comenzó a trabajar en algunos medios de comunicación, como la Agencia Catalana de Noticias (dirigida precisamente por Carles), el periódico Catalonia Today o el canal Punt-Avui.

Conocemos muy bien la labor periodística de Marcela Topor, pero su lado más desconocido es el místico. La mujer de Puigdemont ha demostrado en varias ocasiones ser una gran seguidora de la magia y la mística desde que era pequeña, una tradición que le viene de sus raíces rumanas. «Es una especie de maga», declaraban amigos cercanos en exclusiva para 'La Razón', destacando las creencias que esta tiene por todo lo relacionado con los espíritus.

Estas creencias también se las ha impuesto a su pareja, que antes de conocerla ya era un gran aficionado a la nigromancia y los libros de magia. El político de Junts incluso portó en su bolsillo el famoso gallo de Horezu, una cerámica rumana que se cree que otorga buena suerte, cuando se proclamó presidente de la Generalitat de Cataluña.

Topor no sólo cree en el poder de los amuletos, sino también en la adivinación. Según recoge este citado medio, la esposa del catalán es capaz de predecir el futuro en función de la naturaleza y disfruta de los viajes con fuerte contenido místico a los que solía acudir con su marido antes de que este abandonara el país.

La vida de Marcela Topor sufrió un completo revés cuando su marido huyó a Bélgica el 30 de octubre de 2017, semanas después de la celebración del referéndum ilegal del 1-O. Escondido en el maletero de un coche, Puigdemont se instaló en un barrio residencial a las afueras de Bruselas, donde reside desde entonces alejado de toda su familia para evitar a la Justicia.

Desde entonces, la pareja se ha mantenido alejada por la distancia, pues la periodista sigue residiendo en el chalet familiar, que ambos tienen a las afueras de Gerona, junto a sus hijas Magali y María. Topor ha mantenido su trabajado en el canal catalán, donde presenta un programa de entrevistas por el que cobra alrededor de 6.000 euros al mes.