Junts sale en tromba contra el acuerdo de Presupuestos: «Un tripartito para enterrar la independencia»

«Vuelve el tripartito a Cataluña y lo hace de la mano de Aragonès. Hoy no volvemos a 2017, volvemos a 2004. Se constata un cambio de ciclo en la política catalana, un punto de inflexión: el president Pere Aragonès ha abandonado a la mayoría independentista, al 52% que le invistió», ha considerado el portavoz parlamentario de Junts, Albert Batet, que ha reivindicado que «a partir de ahora, Junts es la alternativa al tripartito».

Batet, que no ha concretado si su formación presentará una enmienda a la totalidad, ha puesto sobre la mesa las dudas expresadas por miembros de los partidos que permitirán que las cuentas se aprueben con algunos de sus puntos más debatidos, como la B-40 o la ampliación del aeropuerto del Prat.

«Los hechos hablan más que las palabras y había dos alternativas», ha insistido Batet, que ha recordado que «ERC podía escoger» una opción que además de trabajar por el avance social y económico del país podía trabajar por la independencia. «Del embate con el Estado se ha pasado al pacto con el Estado», ha sentenciado.

Si el enfado en la cúpula de Junts ha sido visible, no menos destacadas están siendo las primeras reacciones entre los movimientos civiles independentistas. La ANC, que tenía prevista una rueda de prensa para esta mañana, ha anulado la cita y prevé emitir un comunicado.

Otro de los que lo ha expresado con más vehemencia ha sido el expresidente Quim Torra, que ha dado por hecho de que el acuerdo de hoy servirá para «frenar» la independencia. «De una legislatura para culminar la independencia a otra para frenarla», ha considerado el expresidente, que ha colgado una imagen del documento acordado para destacar la lástima que le provoca «ver el escudo de la Generalitat al lado del logo del PSC» en el acuerdo.

Laura Borràs, otro de los pesos pesados de Junts, también ha lamentado el acuerdo. «Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Yo siempre me he resistido a creerlo, pero ante esta imagen...», ha tuiteado la que fue presidenta del Parlament, mostando un 'pantallazo' de un medio de comunicación en la que aparecía la última hora del acuerdo entre ERC y PSC sobrepuesto a una información del discurso de investidura de Pere Aragonès en el que se destacaba sus intención de trabajar para «culminar la independencia de Cataluña».

La CUP, por su parte, también ha criticado el acuerdo porque confirma que la legislatura del Govern de Pere Aragonès es «de oportunidades derrochadas». «Ya tenemos aquí los Presupuestos de la ampliación del Aeropuerto, del Hard Rock y del Cuarto Cinturón. El 14F abría una legislatura de oportunidades derrochadas", ha lamentado su diputada en el Parlament, Dolors Sabater.

Horas antes de que Salvador Illa confirmara el acuerdo, quizás por el hecho de que ya lo intuían, Junts hizo llegar a última hora del martes una carta a Aragonès para tratar de desencallar las negociaciones y que parecía una súplica para no pactar con el PSC. Su petición era clara: que ERC dejara de destinar los esfuerzos puestos en los socialistas y los ponga en «rehacer la unidad de acción del independentismo», con la que el president fue investido.

La misiva, firmada por el secretario de la formación, Jordi Turull, le recordaba a Aragonès fue presidente gracias a una mayoría independentista del 52% y que el acuerdo contemplaba seguir trabajando hacia la independencia, aunque la inacción en este caso llegó provocando la salida de Junts del Govern, su formación.

«Estamos en un momento que requiere decisiones de país, altura de miras, visión estratégica, para evitar hacer pasos hacia atrás en el camino hacia la independencia», le reclamaba Turull, que avisaba de que «estamos ante un cruce: orientar de nuevo el Govern y el Parlament hacia el acuerdo entre fuerzas independentistas u orientarlo hacia las exigencias de partidos autonomistas tutelados desde el Estado».

En esta misma línea, el exconsejero de Puigdemont se abría a aprobar las cuentas «si se recupera la unidad estratégica del independentismo, se hace un frente común en Madrid y se replantea la mesa de diálogo para convertirla en una negociación bilateral con la autodeterminación y la amnistía como únicos puntos de la agenda».

«Os emplazamos a recuperar la fuerza y el músculo institucional, y a partir de aquí trabajar para una verdadera negociación entre iguales con el Estado. Sin pararnos ni renunciar a ninguna acción pacífica y democrática para culminar el mandato del 1-O y conseguir la independencia, tal y como se comprometió en su debate de investidura, acababa la carta de Turull.