Junqueras fracasa en su intento de adelantar el congreso de ERC

Tras el resultado de las elecciones y la oleada de renuncias –Marta Rovira y Pere Aragonès anunciaron que no optarían a la reelección, mientras que Junqueras cesó para anunciar su regreso–, el partido acordó celebrar el congreso el 30 de noviembre, una fecha muy tardía pero adoptada en previsión de que en Cataluña hubiese repetición electoral a la vuelta del verano. Eso finalmente no sucedió al acordarse la investidura de Salvador Illa, con lo que el sector pro Junqueras consideraba que ya no estaba justificado esperar a finales de noviembre. La ejecutiva ratificó anoche la fecha del 30 de noviembre.

Ayer en TV3, la aún secretaria general del partido, Marta Rovira, explicó que la fecha de noviembre tiene «toda la seguridad jurídica» y recordó que la ejecutiva nacional eligió esta fecha «con mucho consenso«. Junqueras era todavía presidente, y luego el consejo nacional del partido la ratificó.

Por otra parte, y al margen del proceso congresual, la secretaria general de ERC reiteró ayer que ERC no entrará en el Govern de Salvador Illa, y pidió activar el comité de seguimiento del acuerdo con el PSC y «comenzar a calendarizar cuáles son los primeros pasos». Desde los socialistas catalanes se consideró también conveniente activar dicho comité. Rovira lo justificó por que gran parte de la militancia de ERC pone en duda que los socialistas vayan a cumplir el acuerdo de investidura, y añadió que es «imposible entrar en el Govern cuando hay esta sensación».

En materia de financiación, Rovira, que evitó hablar de cupo, sostuvo que el acuerdo supone avanzar hacia la soberanía fiscal, y reclamó implementarlo. «Dejemos de discutir sobre un acuerdo, que es conocido por todo el mundo, que lo hemos publicado desde el primer momento, que no hay letra pequeña, que no hay cosas ocultas. Aquí se acaba el expolio fiscal«, expuso en declaraciones recogidas por Ep. Rovira aseguró que, tras perder la mayoría independentista en las elecciones catalanas, los republicanos decidieron convertirlo en una oportunidad –textualmente–, y afirmó que »unas nuevas elecciones habrían sido peores para todos, porque en una repetición de los comicios el independentismo habría sufrido más y muy probablemente se habrían dado alas a la extrema derecha«.

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Explicó que ERC ha aprovechado este contexto para «condicionar la situación» desde un punto de vista independentista, con una reivindicación, según ella, histórica del movimiento independentista como es el concierto económico y la soberanía fiscal, en sus palabras.

La secretaria general de los republicanos detalló que ha sido «bastante difícil» volver a entablar diálogo con Junts, partido al que emplazó a apoyar el acuerdo: «Junts deberá responder en qué lado de la mesa se quiere sentar, si en el lado de la mesa el que están Vox, PP y algunos barones socialistas atacando este acuerdo y esta financiación singular, este concierto económico para Cataluña o si quiere sentarse al lado de Cataluña«.