El juicio a Dani Alves por la violación a una joven en Barcelona comenzará el 5 de febrero
La Fiscalía pide nueve años de cárcel para el futbolista brasileño por la agresión sexual
La denunciante pide doce años de cárcel para Alves por la agresión sexual en una discoteca de Barcelona
Dani Alves, en una concentración con la selección de Brasil
Ya hay fecha para que Dani Alves se siente en el banquillo de los acusados. El juicio al futbolista por la violación a una joven de 23 años en una discoteca de Barcelona comenzará el próximo 5 de febrero en la Audiencia Provincial, ... a las diez de la mañana. La previsión es que alargue durante tres sesiones, en las que además del acusado, declararán también los investigadores de los Mossos d'Esquadra, los testigos y la víctima, cuya abogada ha solicitado que la vista se celebre a puerta cerrada. Extremo sobre el que todavía se tiene que pronunciar la Sección 21.
La Fiscalía pide nueve años de cárcel para el exlateral el Barça por la agresión sexual en los baños de un local de la calle Tuset, Sutton, la madrugada del 30 al 31 de diciembre. También solicita una indemnización de 150.000 euros para la denunciante -cantidad ya consignada por éste ante el juzgado-, libertad vigilada durante una década, así como orden de alejamiento y prohibición de comunicación con la víctima.
En su escrito de acusación, el Ministerio público recoge que aquella fecha, Alves acudió a la discoteca junto a un amigo, donde accedió a un reservado, junto al que hay un pequeño aseo. Fue allí donde solicitó a un camarero que invitase a la joven, que estaba con su prima y una amiga, a unirse a ellos. Éstas rechazaron la primera invitación pero, «ante la insistencia», finalmente accedieron. Allí, el brasileño las invitó a champán y «estuvieron los cinco bailando y charlando».
Tras agarrar varias veces la mano de la joven para ponerla en su entrepierna, el futbolista accedió al espacio colindante, que alberga el lavabo, y llamó a la chica, que fue tras él, aunque Alves fue el último en entrar, «cerrando la puerta», precisa la acusación. Cuando la chica vio el cubículo pidió que la dejase salir, pero éste se negó y comenzó a manosearla. Alves «se sentó sobre la tapa del retrete y agarró con fuerza de la cintura» a la denunciante, «haciendo que se sentara sobre él, levantándole el vestido, siendo que ante la negativa de la víctima el procesado mantuvo una actitud despectiva hacia ella».
Fue entonces cuando el brasileño «se bajó los pantalones y tiró del pelo de la víctima con fuerza, haciéndola caer al suelo de rodillas, tratando de obligarla a practicarle una felación, logrando resistirse ella». Después le propinó varias bofetadas en la cara mientras le exigía que dijera «soy tu putita». La chica le pidió «reiteradamente» que la dejase marchar, pero Alves no la dejó. «Ante la actitud violenta que éste mostraba, se sintió impresionada y sin capacidad de reacción, llegando a sentir que le faltaba el aire, dada la situación de angustia y terror ante lo que estaba viviendo», sostiene la Fiscalía, en base a lo que la propia joven explicó durante su declaración.
Tras ello, la habría violado sobre el lavabo, para luego salir del aseo, dejando allí a la víctima, para volver a su mesa, donde cogió una copa y luego se alejó. Segundos después fue la joven la que abandonó el aseo, buscó a su prima y, tras despedirse del amigo de Alves, enfilaron la salida de la discoteca. Fue entonces cuando rompió a llorar, y el personal de seguridad del local la atendió, activando el protocolo de agresiones sexuales. Cuando esto ocurrió el futbolista abandonó el local, sobre las 4.06 horas, cruzándose con la chica y su familiar, aunque sin mediar palabra.
La Audiencia debe decidir si el juicio se celebrará a puerta cerrada, como solicita la acusación particular
Por su parte, la acusación particular, que ejerce la abogada Ester Garcia, solicita una condena de doce años de cárcel por la agresión sexual, así como una pena de tres meses de multa, a razón de 150 euros diarios, por un delito de lesiones; y también una orden de alejamiento de 1.000 metros y prohibición de comunicación con la víctima durante una década.
Fue a mediados de noviembre cuando la Audiencia de Barcelona decretó la apertura de juicio contra Alves, que se encuentra en prisión provisional desde el 20 de enero. Días después, la Sección 21 rechazó su tercera petición para salir en libertad, al considerar, no solo que existen indicios suficientes contra él, sino también que persiste el elevado riesgo de fuga. Los magistrados apuntaron que el argumento del arraigo que refirió Alves, «trayendo a sus hijos desde Brasil» para residir en Cataluña, se «confeccionó» 'ad hoc', tras conocer la resolución anterior que denegó por entonces su salida de la cárcel. «No se alega ninguna otra causa que permita llegar a la conclusión de que ha aumentado este arraigo», señaló el escrito.
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