TRIBUNA ABIERTA
Plensa, profeta en Barcelona
Su trabajo trasciende la mera estética, es una experiencia que invita a la reflexión y al diálogo
Juan Milián
Ayer el Ayuntamiento de Barcelona entregó a Jaume Plensa la Medalla de Oro al Mérito Cultural. El artista es, ¡por fin!, profeta en su tierra tras innumerables reconocimientos a lo largo del planeta. Ya era hora. Pocas acciones de este consistorio parecen más justas ... y han alcanzado mayor consenso. Por esta razón, fue un honor defender el posicionamiento de mi grupo a favor de esta distinción a nuestro artista más internacional.
No son pocos los que han viajado expresamente a otras ciudades para admirar su obra. Me encuentro entre ellos. En mi memoria, Niza, Antibes o el museo de Céret permanecen vinculadas a la sutileza y la profundidad de las esculturas de Plensa. Extraño es el día en que, al bajar hacia al ayuntamiento por la Vía Laietana, no asome la cabeza para cerciorarme de que Carmela sigue aquí, en nuestra ciudad.
Son ya icónicas, también, la Julia madrileña o la nómada Awilda. Su famosa Crown Fountain de Chicago es un ejemplo más de que el genio barcelonés ha sabido transformar el espacio urbano a través del arte, convirtiendo estos lugares en puntos de contemplación, interacción y encuentro. Y es que su trabajo trasciende la mera estética, es una experiencia que invita a la reflexión y al diálogo.
El lenguaje es, así, un tema central en su obra. A menudo las letras de diferentes alfabetos forman parte de sus esculturas, como una metáfora del poder de las palabras para la unión de lo diverso. Hay trasfondo filosófico y también poético. Aprovecho ahora -no pude hacerlo anoche- para agradecerle que me haya impulsado a realizar una relectura más espiritual de los poemas de un paisano.
Quizás los políticos, y toda la sociedad, deberíamos aprender una lección de aquellas esculturas de Plensa que, con sus ojos cerrados, se recogen hacia su interior simbolizando un silencio penetrante. Si reflexionáramos más, si escucháramos más allá del eco de nuestros propios prejuicios, contribuiríamos a forjar una obra también bella, una sociedad menos ruidosa y más integradora, es decir, una sociedad mejor.
El reconocimiento de Barcelona a su artista no solo debería ser la celebración de una trayectoria creativa, sino también una inspiración para futuras generaciones de artistas, ya que el arte se convierte, de la mano de Plensa, en una herramienta de transformación tanto de las ciudades como de nosotros mismos, de nuestras vidas y de nuestras conciencias.
es portavoz del PP en el Ayuntamiento de Barcelona
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