Tribuna abierta
Frenar la caída
Estas empresas huyeron y huyen del separatismo, de las políticas de intervencionismo que está desarrollando la Generalitat: contra la propiedad privada y contra la libertad de mercado
Artículos de Joan Garriga en ABC
Barcelona
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Iniciar sesiónEn Cataluña la economía no va bien. Es más, va muy mal. Esta afirmación se puede constatar a raíz de dos realidades: la marcha de empresas de nuestra región y el empobrecimiento generalizado de los catalanes. Esta semana hemos conocido la marcha de la mítica ... fabrica de yogures Danone de nuestra tierra. Y recientemente, la de la histórica fábrica de hilos Güterman, que se suma a las más de 8.000 empresas fugadas de Cataluña.
Muchas han huido en silencio por miedo a represalias y boicots. La lista es larga y dolorosa: Caixabank, Banco Sabadell, huidas a Alicante y Valencia; Naturgy, Abertis, Inmobiliaria Colonial, Cellnex, Applus, la textil Dogi, la histórica cementera catalana Cementos Molins; Edreams, Donuts, fundada por la familia Costafreda, Embutidos Argal, Pirelli, la empresa más importante de Manresa; Allianz, Pastas Gallo, La Bruixa d'Or, San Miguel, MRW, Grupo Planeta, Catalana Occidente, Hotusa, Unico Hotels, HG, Continental, Derby Hotels, Axel, AC Hoteles y hasta Codorniu…
Grandes marcas que han sido ejemplo de nuestra sociedad emprendedora. Todas estas empresas huyeron y huyen del separatismo, de las políticas de intervencionismo que está desarrollando la Generalitat de Cataluña: contra la propiedad privada, contra la libertad de mercado. Imponiendo el fanatismo climático y unos impuestos abusivos que atracan a los contribuyentes para financiar un proceso de ingeniería social y política que necesita cada vez más medios: el separatismo y las tonterías 'woke'. Sin olvidar la desprotección que sufren nuestras empresas industriales que ven como entran productos extranjeros que no respetan nada de lo que aquí se impone a nuestras fábricas.
Y en paralelo, y como consecuencia, tenemos unas cifras catastróficas en cuanto a empobrecimiento generalizado de los catalanes: la vivienda es inaccesible para la mayoría de los jóvenes que ven truncados sus proyectos familiares teniendo que destinar casi la mitad de sus ingresos al pago de la hipoteca o alquiler. El precio de los alimentos y de los suministros llevan años subiendo escandalosamente y están cargados con múltiples impuestos. En Cataluña, el 26,3% de la población vive en riesgo de pobreza o exclusión social y tener un trabajo no te garantiza llegar a fin de mes porque con la subida de precios estamos en la cola de poder adquisitivo.
¿Soluciones? Primero reconocerlo, si bien para los políticos y los que viven de la administración les es difícil porque sus trabajaos son 'estables' y no viven la realidad de los ciudadanos. Y luego, actuar y tomar decisiones valientes cumpliendo las reglas de un buen administrador: rebajar la presión fiscal, gastar menos y mejor, reducir la burocracia y la normativa, ayudar a familias y trabajadores y abandonar las ideologías perniciosas que perjudican nuestra economía. Ahora tenemos una ocasión de oro para empezar a poner «fil a l'agulla» aprobando los presupuestos de la Generalitat para 2024 pero todos los indicativos avanzan que será otra ocasión perdida para frenar la caída y empezar a recuperar. Esperemos tiempos mejores.
Joan Garriga es portavoz de Vox en el Parlamento de Cataluña
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