Inaugurada una red de siete balcones de Montserrat

Esta red de balcones forma parte del plan de desarrollo turístico de la zona norte de la comarca, impulsado por el Consorcio de Turismo de El Bajo Llobregat, órgano adscrito al Consejo Comarcal. Su objetivo es ofrecer nuevas perspectivas y panorámicas de la emblemática montaña y potenciar las posibilidades de atraer visitantes a los municipios donde están ubicados. La experiencia se complementa con la oferta de turismo de naturaleza y de deporte de la Red de Senderos, ya que Montserrat es punto de inicio de tres ejes de caminos del Bajo Llobregat.

La visita a estos municipios cercanos a Montserrat permiten también disfrutar de una gastronomía con productos autóctonos, visitas a bodegas y cavas como la de Ramon y Canals en Castellví de Rosanes, y un patrimonio único que muestra el pasado y la historia de este territorio, como el Castillo de Voltrera en Abrera, las Cuevas de Salnitre en Collbató, la Colonia Sedó en Esparreguera, el Pont del Diable en Martorell, o las representaciones de las Pasiones en Esparreguera y Olesa de Montserrat que tienen lugar durante estos días y hasta el 1 de mayo.

El balcón de Abrera forma parte del conjunto del recinto del Castillo de Voltrera, unos restos arqueológicos catalogados como Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN). El castillo, situado en el margen izquierdo del río Llobregat, en época medieval disponía de una posición estratégica: dominaba el camino que bordeaba el río y tenía comunicación visual directa con el castillo de Esparreguera y la fortaleza de Els Ávila de Rosanes.

En Castellví de Rosanes hay un balcón ubicado en el casco antiguo de la población, en la parte baja de la avenida Mare de Déu de Montserrat, y otro en el bosque municipal al que se accede desde la plaza del Roure. En este caso, las dos infraestructuras tienen forma de voladizo, ya que sobresalen del terreno. Desde el primero, se puede contemplar tanto la montaña de Montserrat como otros puntos de la cordillera Prelitoral y de la sierra del Cadí, en el fondo del valle del Llobregat. Y desde el segundo, se puede disfrutar de una espectacular vista de Montserrat.

En Collbató, el balcón se ubica a los pies de la montaña, en la calle la Salut, y permite casi tocar Montserrat. En este espacio, además, destaca la espectacular maqueta de la montaña con relieve y un banco en forma de tecla de órgano, que homenajea la conocida fabricación de órganos del municipio, que elabora a nivel mundial. Desde el mirador sale una ruta circular que lleva hasta el Turó del Castell y que pasa por el Forn de Calç y al núcleo medieval. Durante la ruta, se pueden descubrir reproducciones a escala real de animales que se esconden en este camino y que constituye una sorpresa que encanta a los más pequeños de los visitantes.

En Esparreguera, el balcón está ubicado en el barrio del Mas d'en Gall, en la calle de Can Fosalba. La instalación consta de un banco gigante que ofrece una vista panorámica sobre el macizo de Montserrat, y desde este punto se puede enlazar con las rutas naturales del municipio.

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Uno de los principales tesoros del Baix Llobregat es su Parque Agrario, de unas 3.500 hectáreas repartidas en 14 municipios, de donde sale buena parte de las hortalizas, verduras y fruta que abastece Mercabarna

En Martorell, el balcón se ubica en la Torre Griminella (BCIN), un mirador impresionante en la vertiente norte de la sierra de Les Torretes, desde donde se controla el puente del Diablo y el paso del Congost del Llobregat. El balcón es una pasarela longitudinal que finaliza en un mirador en la vertiente norte. Esta torre, tuvo un papel destacado durante la guerra de los Segadors, la guerra del Francés y la Guerra Civil por su ubicación estratégica.

En Olesa de Montserrat, se inicia un itinerario panorámico interpretativo desde la cruz de Beca que llega hasta el Coll de les Espases, donde se sitúa el balcón. Integrado en el paisaje, ofrece unos asientos, aprovechando el desnivel de la montaña, que invitan disfrutar de manera relajada de las espectaculares vistas.

En Sant Esteve Sesrovires, en el parque de Migdia de Can Amat, sorprenden al visitante dos sillas gigantes de tres metros de altura, una orientada a Montserrat y la otra permite una panorámica del pueblo, productor de vino y cava.