El impacto emocional causado por el Covid-19 es peor en los pacientes que no ingresaron en la UCI

Según los resultados de un estudio liderado por la doctora Rosa Güell, del Instituto de Investigación del Hospital de Sant Pau de Barcelona y experta en rehabilitación pulmonar, los pacientes que presentaron una enfermedad más grave, es decir, aquellos que necesitaron pasar por la UCI, tienen una mayor pérdida de fuerza muscular -especialmente de los pulmones- y su capacidad de esfuerzo es inferior respecto a los pacientes menos graves. Por el contrario, los enfermos que no ingresaron en Intensivos presentan más secuelas emocionales y ansiedad.

«Sorprendentemente, nos hemos encontrado con que los enfermos no ingresados, e incluso los ingresados en sala están peor desde el punto de vista emocional. Es decir, tienen mucha más ansiedad y depresión respecto a los ingresados en la UCI», detalla la Dra. Güell.

«La explicación no la sabemos. Nuestra hipótesis es que los pacientes de la UCI recibían mucho apoyo desde el principio: del fisioterapeuta, del equipo médico, del personal de enfermería. Todos estaban muy pendientes de ellos. Entonces, es muy probable que hayan tenido la sensación de acompañamiento, además del efecto psicológico de haber superado algo muy grave. Puede que este hecho les haya ayudado a reducir la ansiedad mientras que los que han estado en la sala o en casa posiblemente se han sentido más solos», añade Güell.

El trabajo, publicado en la prestigiosa revista 'PLoS One', compara retrospectivamente los diferentes patrones de síntomas en relación con la gravedad del Covid-19 aguda en pacientes visitados en la Unidad de Rehabilitación Post-Covid del Hospital de Sant Pau.

Los investigadores estudiaron diferentes medidas respiratorias, musculares, cognitivas, emocionales y de calidad de vida relacionadas con la salud en tres grupos de pacientes post-Covid: los que no habían requerido hospitalización por la enfermedad aguda, los que habían sido ingresados en una sala de hospital general, y los que habían sido ingresados en la UCI.

En concreto, se analizaron los datos de 178 pacientes post-Covid (91 ingresados en la UCI, 60 en la sala y 27 que no habían requerido ingreso) en la primera visita a la Unidad de Rehabilitación Post-Covid. Los síntomas más frecuentes en todos los grupos fueron la fatiga (78,2%) y la disnea o dificultad respiratoria (75,4%). La fuerza muscular y la capacidad de esfuerzo fueron inferiores al grupo de la UCI. El componente mental y el nivel de ansiedad fueron peores en los pacientes no ingresados en la UCI. No se encontraron diferencias entre los grupos en lo que se refiere a la presión respiratoria, pero 30 de 57 pacientes con una disminución de la presión inspiratoria máxima no habían requerido ventilación mecánica.

La doctora Güell explica que es habitual que los pacientes pierdan fuerza muscular después de haber sido tratados con ventilación mecánica por cualquier causa. Sin embargo, en este caso, se ha podido comprobar que muchos enfermos con Covid-19 que no habían requerido ventilación mecánica presentaban debilidad muscular respiratoria. «Este hallazgo nos hace pensar que, posiblemente, este efecto no es sólo por el reposo muscular que favorece la ventilación mecánica y que seguramente existe un efecto directo del virus sobre la musculatura pulmonar».