Un hombre mata a su mujer y a sus dos hijos de ocho años y se suicida en El Prat (Barcelona)

Fue un conductor de Rodalies quien alertó de que una persona se había lanzado a las vías del tren, pasadas las cuatro de la tarde de este martes, 9 de abril. Horas después, los investigadores localizaron los cadáveres de su pareja y sus hijos, un niño y una niña, en su domicilio. Según apuntan fuentes policiales, el individuo, de 42 años, había dejado en su coche, con el que se trasladó hasta la estación, una nota pidiendo perdón. A la espera de los resultados de la autopsia, todo apunta a que los habría asfixiado. La División de Investigación Criminal (DIC) de la Región Policial Metropolitana Sur se ha hecho cargo del caso, y ha decretado el secreto de las actuaciones.

Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), no constan antecedentes judiciales entre la pareja. Ha sido el Juzgado de Instrucción 4 de El Prat, en funciones de guardia, el encargado del levantamiento de los cadáveres. Ahora se ha inhibido a favor de Instrucción 5, encargado de las causas de violencia sobre la mujer.

El individuo, de nacionalidad española, salió ayer de su domicilio, minutos antes de las 16.00 horas, una vivienda unifamiliar, que este martes tiene el garaje y la puerta de entrada, tras una pequeña valla negra, precintados por la Policía catalana. Según ha explicado a este diario Wendy, que trabaja en desde hace seis años en la casa colindante, el número 14 de la calle Agramunt, lo hizo en coche. La familia, según ha indicado la empleada, se mudó al inmueble hace casi dos años, cuando se lo adquirió a una pareja de ancianos que allí residía.

Wendy señala que, al igual que otros residentes en el barrio, que no tenían relación con los vecinos. «A ella la veía entrar a veces con la cabeza gacha», explica. Una pareja introvertida, con un niño y una niña a los que veía jugar en el patio de la casa, y también cuando los progenitores los llevaban al colegio, un centro religioso de la misma ciudad. A escasos metros de la vivienda familiar, donde los investigadores han localizado los cuerpos de la madre y los pequeños, se encuentra el gimnasio Gea, que regenta Miguel. El progenitor, ha explicado a ABC, hacía unos seis meses que se había apuntado a hacer ejercicio en el centro. «Durante una temporada dejó de venir. Cuando le pregunté, me dijo que había superado un cáncer», ha detallado. Poco más sabía del presunto asesino. «No me meto en la vida de mis clientes», zanja.

Hasta la casa se han acercado varios vecinos de El Prat para depositar ramos de flores, velas y peluches. Entre ellos, Judith. No conocía a la familia, sí a los anteriores inquilinos, como la mayoría de residentes en el barrio. «He venido porque yo también soy madre», ha explicado a los reporteros. Otro de los lugareños, Antonio Fernández, de 79 años, también ante la vivienda, con su andador, no podía creerse lo ocurrido. «¿Por qué no se ha matado él sólo?», un clamor que han repetido muchos de los que se han plantado en la calle Agramunt al enterarse del suceso.

Ayer Adrián, que vive en el número 13, justo enfrente, vio como la Científica entraba en la casa. También a varias patrullas de los Mossos allí estacionadas. «A él [en referencia al progenitor] no lo veía desde el pasado miércoles. Era un hombre callado, calvo como yo. La familia no se relacionaba con los vecinos», ha corroborado el joven, antes de aparcar en su garaje.

Pasado el mediodía, el Ayuntamiento de El Prat ha condenado el crimen machista, y ha convocado una concentración a las 19.00 horas en la plaza de la Vila. El alcalde, Lluís Mijoler, ha apuntado: "Es violencia machista en su máxima magnitud". El consistorio también ha decretado tres días de luto.

Este crimen se produce solo una semana después de que en Bellcaire (Gerona), un individuo matase a su hijo, de cinco años, y dejase malherida a su mujer, de 29. Los Mossos detuvieron horas después del suceso al progenitor, que ahora se encuentra en prisión provisional, por el asesinato y la tentativa. Fue la madre quien consiguió salir de la vivienda, durante el ataque, para pedir ayuda a una vecina. En el momento del suceso, no existía ninguna causa judicial en curso entre la pareja, pero en julio de 2022, una tercera persona si formalizó una denuncia ante la Policía, lo que derivó en una investigación por daños. La mujer se negó a declarar, y el caso finalmente se archivó.

Con este nuevo crimen, son ya siete los menores asesinados en España en 2024. Cinco de ellos, en Cataluña. Además del pequeño de Bellcaire, en enero, un padre mató a sus dos hijos, de 7 y 10 años, en un piso del barrio de Horta (Barcelona). Fue la madre quién alertó a la Policía, después de que el progenitor no le devolviese a los niños tras las vacaciones navideñas, y de que éstos tampoco acudiesen al colegio. La pareja estaba separada.

Fue la mujer quien, junto a una agente de los Mossos, se presentó en el domicilio. Al llamo por teléfono al individuo, y no contestar, fueron los bomberos quienes accedieron a la vivienda, los bajos, a través de una ventana. Lo primero que notaron fue un fuerte olor a gas. En su interior localizaron los cuerpos del hombre y de los pequeños. En este caso, tampoco había ningún procedimiento ni denuncia previa por violencia entre la mujer y el padre de sus hijos, que se habían separado tiempo atrás.