Narcos con armas de guerra para transportar toneladas de hachís hasta la costa catalana

Las pesquisas de esta operación, bautizada Rescatada, arrancaron en 2019, cuando agentes de Barcelona detuvieron un vehículo en la autopista AP-7, a su paso por Valencia, cargado con 500 kilos de hachís. Así arrancó la investigación que, tras seguir la pista de la organización -y diversas incautaciones- culminó el pasado 30 de agosto, con el alijo de 4,5 toneladas en una playa de Sitges (Barcelona).

Un arenal de la costa del Garraf, la cala Vallcarca, donde llegó una 'narcolancha' y tuvieron que intervenir integrantes del Grupo de Acción Rápida (GAR) -la unidad de élite del Cuerpo- para conseguir frenar dos furgonetas que pretendían huir con la droga. Para ello, tuvieron que lanzar al asfalto una línea de pinchos a uno de los vehículos, que acabó saliéndose de la vía. El resultado, además de la aprehensión, fue de 17 detenidos. Algunos de los cuales iban equipados con dos armas de guerra -fusiles de asalto- y tres armas cortas.

«Es un intento de protegerse de otras redes que se dedican a dar vuelcos -robar a los narcos-. Transportar el hachís requiere una inversión, contratar a especialistas, disponer de embarcaciones, pilotos, talleres mecánicos, conductores de camión...es más fácil llegar al final de todo, y robar la droga», ha apuntado Tovar. Por este motivo, «el miedo les hace buscar su defensa» y lo hacen armados. En principio, ha detallado el general, buscan «protegerse de otros delincuentes, no de la policía», pero no es la primera vez que los han «recibido a tiros» -también en plantaciones de marihuana- al desconocer que sí eran agentes. Y es que para llevar a cabo los vuelcos, es frecuente que los delincuentes incluso se disfracen con uniformes de las fuerzas de seguridad.

Noticia Relacionada

Cae una banda que camuflaba cocaína en muebles simulando mudanzas desde el extranjero

ABC | EP

Cinco varones han sido detenidos cuando viajaban con la mercancía hacia Madrid en dos coches, fugándose e intentando embestir a los agentes

En la citada embarcación, junto a la droga y los traficantes, viajaba además un menor, ahora bajo la tutela de la Generalitat. Los investigadores sospechan que fueron sus padres quienes, tras abonar una cantidad a los narcos, encargaron su traslado desde Marruecos hasta España, por lo que a los detenidos también se les imputa un delito de favorecimiento de la inmigración ilegal.

Hasta culminar la operación en Sitges, la Guardia Civil desplegó varios dispositivos. Entre marzo y mayo de 2022, en Mataró, donde, siguiendo la pista de los traficantes -otra incautación de 210 kilos de hachís y diez detenidos- también descubrieron otra rama de la organización: la de robo y venta de dispositivos electrónicos. Casi 300 -entre móviles, tablets y portátiles-, que habían sustraído a turistas. Los agentes ya han conseguido devolver casi la mitad a sus legítimos propietarios.

En junio de ese mismo año fue en Figueras (Gerona), donde se incautaron de otros 250 kilos de la droga y, al mes siguiente, en Vallirana (Barcelona) y Tarragona detuvieron a otros dos integrantes de la organización. El arresto, en octubre, de uno de los narcos afincado en Vilafranca del Penedés (Barcelona), llevó al Instituto Armado a desarticular otro grupo, ligado a los traficantes: 14 detenidos, de los que 13 ingresaron en prisión provisional, por la venta en el territorio de dicha sustancia.

En total, la operación Rescatada, bajo la tutela del Juzgado de Instrucción 2 de Sagunto (Valencia), se ha saldado con medio centenar de detenidos, de los cuales una treintena se encuentran en preventiva. La Guardia Civil ya ha detectado el desembarco de hachís en las tres provincias catalanas con mar. El motivo, ha reiterado esta mañana el general, «por la presión [policial] fortísima en el Sur». Pese a la nueva elección, Tovar ha advertido: «También se van a equivocar». Y es que los dispositivos de vigilancia en las costas, -de uniformados o no- para abortar los desembarcos en zonas «susceptibles», no cesan.