El grupo Ferrer Wines, «escisión» de Freixenet, presenta un vino volcánico

Su grupo familiar, Ferrer Wines, escisión del Grupo Freixenet, nace como fruto de la adquisición realizada por Pedro Ferrer Noguer de cuatro bodegas emblemáticas pertenecientes al Grupo Freixenet: Valdubón (Ribera del Duero), Orube (Rioja Alavesa), Vionta (Rias Baixas) y Finca Ferrer (Valle de Uco – Argentina). Ferrer Wines también destaca por la producción de renombrados cavas orgánicos (Cavas Hill), así como por la elaboración de vinos en las denominaciones de origen de Rueda, Monterrei, Priorat y Monsant, y en el Valle de Cachapoal en Chile. Asimismo, producen licores gallegos de alta calidad e innovadores sabores bajo la marca Habelas Hailas.

Pere Ferrer acaba de presentar la nueva añada del Mallol de Bianya, un vino cien por cien Chardonnay con crianza en barrica, que marca un hito en la recuperación de la viticultura en La Garrotxa (Gerona). El proyecto, iniciado en 2019, ha posicionado al grupo como pionero en la vitivinicultura de esta zona.

El Mallol, situado a 400 metros de altitud en el Valle de Bianya (Gerona), es sinónimo de viticultura heroica. Desarrollado en una superficie de dos hectáreas de variedad Chardonnay plantada en un terreno fértil y volcánico que evoca la Borgoña francesa, este viñedo se beneficia de un entorno privilegiado, bajo la montaña de Santa Margarita, rodeado de bosques de encinas, robles y hayedos, y campos de cereales. La fertilidad del suelo y la elevada pluviometría del valle favorecen una maduración lenta y homogénea de las uvas, esencial para esta variedad.

Tras fermentar a baja temperatura en depósitos de acero inoxidable, un 15% del vino se cría durante 3 meses en barricas de roble francés de 300 litros, mientras que el resto envejece sobre lías en acero inoxidable. El Mallol de Bianya 2023 es un vino de edición limitada y numerada. Este año se han producido 2.000 botellas.

En la cata, Mallol de Bianya 2023 se distingue por su perfil aromático complejo, con notas florales y frutales, y un fondo de hierbas balsámicas. Este vino es ideal para maridar con ostras, ceviche, pescados grasos como salmón y trucha, sushi y sashimi, carnes blancas asadas con hierbas, ensaladas con frutas, quesos suaves, risottos y pastas.

Respecto a Cavas Hill, otra de la niña de los ojos de Pere Ferrer, el Cuvée 1887 Brut Nature Orgánico ha sido galardonado recientemente como el mejor espumoso de España por la UEC, uno de los cavas revelación del año por su excelente relación calidad-precio, mientras la nueva añada del Colección Privada 2020 es un cava ecológico con más de 30 meses de crianza en botella y recibió en su pasada edición el Oro Decanter, uno de los premios más prestigiosos de la industria vinícola.

Pedro Ferrer Noguer es la cuarta generación de una de las familias españolas con más solera del mundo del vino. Ha asumido el legado de sus ancestros y preside el Grupo Ferrer Wines desde su adquisición. Ferrer es un hombre con dos almas, dos pasiones que lo llenan de orgullo. Por un lado, está la fama mundial del Grupo Freixenet, empresa de la que es vicepresidente y co-consejero delegado. Este éxito ha sido fruto de décadas de trabajo, también por su parte, ya que fue el creador de las bodegas en California cuando su padre le envió a Estados Unidos a finales del siglo pasado. Por otro lado, también desea transmitir su amor y respeto por la tierra elaborando vinos que expresen la esencia de variedad, terruño y clima. Así nació Grupo Ferrer Wines, reflejo de su alma más auténtica.

En 2018 el grupo alemán de vinos y espumosos Henkell compró el 50,7% de Freixenet a un precio que entonces se consideró de derribo, ya que pagó 220 millones de euros, lo que supuso valorar la totalidad de la compañía en 440 millones, un precio muy por debajo de los más de 500 millones que esperaban las familias accionistas. Andreas Brokemper es el co-consejero delegado de la compañía resultante junto a Pere Ferrer. Una multinacional que el año pasado ingresó un 6% más por la venta de vinos espumosos y un 11% más por las bebidas espirituosas, mientras que vio descender la facturación del segmento del vino en un 8%.

Freixenet cierra así otro año de ingresos récord. Esta empresa con cavas centrales en Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona), pero ahora miembro, junto a Henkell, del grupo alemán Geschwister Oetker, incrementó un 4% sus ingresos hasta los citados 1.200 millones. La multinacional apuesta por una propuestas de mayor valor y por eso ha centrado sus esfuerzos en la expansión global de sus «marcas estratégicas»: Freixenet, Mionetto y Henkell.

Este 2024 la firma ha dado a conocer al mundo la nueva imagen de Freixenet, más moderna y elegante, ya que este año se cumplen 110 años desde que Pedro Ferrer Bosch y Dolors Sala Vivé fundaron la marca Freixenet en 1914. Además, este año se celebra también el 50 aniversario del emblemático cava Cordón Negro, el más conocido de la firma.

Para promocional la nueva etapa, la compañía ha reunido durante tres días a los denominados creadores de contenido de «lifestyle» en unas jornadas bautizadas como «Freixenet Villa Experience». Un encuentro con un reducido grupo de «influencers» con los que Freixenet ha promocionado su campaña «Celebra la vida», además de presentar la nueva era de la marca, lo que la firma considera «siguiente nivel». Un nivel, por cierto, alejado de las producciones cinematográficas como la dirigida por Martin Scorsese con su cortometraje «La clave Reserva» en homenaje a Hitchcock, y también muy distanciado de las campañas navideñas con estrellas de Hollywood rodeadas de las familiares burbujas bailarinas que cada año nos deseaban unas felices fiestas. Ahora, hay que rendirse a la celebración del postureo de instagramers o ticktokers. Está claro que es otra era, aunque el vino sea ancestral.