La Fiscalía pide seis años de cárcel para Morad, acusado de «empuñar» una táser ante los Mossos tras saltarse el toque de queda

En su escrito, que ha avanzado 'El Mundo' y al que ha tenido acceso ABC, el Ministerio público sostiene que aquella fecha, varios agentes de la Urbana y de los Mossos se encontraban de patrulla, con el toque de queda en vigor. Sobre las 2.20 de la madrugada, en la plaza de los bloques «apreciaron» como «desde la ventana» de uno de ellos les tiraban botellas de cristal al grito de «perros, hijos de puta».

Según la acusación, un vecino les indicó el portal donde se encontraban los posibles autores, que huyeron por los pasillos del rellano del edificio. «Acorralado al final del pasillo, con manifiesta indeferencia a la autoridad de la fuerza actuante», reza el texto, Morad «sacó un dispositivo eléctrico de defensa o táser -considerado arma prohibida- y, poniéndolo en funcionamiento, lo empuñó contra los agentes de forma intimidatoria».

Los funcionarios aseguran, recoge la Fiscalía, que el rapero «se abalanzó sobre ellos, intentando sobrepasarlos», y propinó una patada en la pierna a uno de ellos. Además, apunta el escrito, los policías le incautaron una defensa extensible, «que portaba sin tener la habilitación pertinente para su posesión».

Por todo ello, el Ministerio público acusa a Morad de atentado agravado con uso de armas, en concurso ideal con un delito leve de lesiones, y también de otro ilícito de tenencia de arma prohibida. Por el primero solicita cuatro años de cárcel, y dos más por el segundo. También una indemnización de 350 euros para uno de los agentes, por las lesiones causadas.

Su defensa, que ejerce Fernando Martínez, considera «desproporcionada» la petición de pena, y asegura que su cliente no tiene ninguna pistola táser. Además, recuerda que el rapero se había saltado el toque de queda, junto a sus amigos, pero que, nuevamente, el único denunciado por los agentes es nuevamente él.

Cabe recordar que la Policía ha detenido al cantante en varias ocasiones, acusado de atentado contra la autoridad. Entre otras, el pasado febrero, cuando un agente de la Urbana dijo que lo había amenazado. Quedó en libertad pocas horas después. Unos meses antes, una juez lo 'desterró' de su barrio de L'Hospitalet tras otro arresto, por el que los policías lo acusaron de inducción a desórdenes públicos.

Una cautelar, hasta que se dicte sentencia firme o que culmine el procedimiento en su contra, al estar investigado por incitar a algunos jóvenes de La Florida a quemar contenedores. «De los 20 jóvenes que cita el atestado, la Policía solo lo identificó a él», explicó entonces su abogado a este diario.