La exdirectora del CNI declara durante una hora ante el juez por el espionaje a Aragonès

La declaración de Esteban, que se ha alargado una hora aproximadamente, se ha vivido en un clima de cierta «tensión» en la sala, según han detallado fuentes jurídicas consultadas por ABC. La exjefa de la inteligencia española ha comparecido desde un juzgado de Madrid, donde la acompañaban dos abogados del Estado. Otros dos también han estado presentes en la Ciudad de la Justicia de Barcelona.

Todo ello, un día después de que el titular del Juzgado de Instrucción 29 de la capital catalana, Santiago García, haya recibido los autos del Supremo que avalaron que el CNI monitorease el terminal de Aragonès. Según ha detallado el afectado este viernes, «al menos durante nueve meses», entre 2019 y 2020. Un periodo, con Pedro Sánchez al frente del Gobierno, en el que ejerció como «máximo representante de ERC», coincidiendo con momentos de «especial relevancia política», como las negociaciones para la investidura del socialista, en 2020, así como las de los Presupuestos y la Mesa de Diálogo.

Tras conocer parte de los autos, con los que el magistrado del Supremo Pablo Lucas autorizó al CNI intervenir su móvil con el programa espía Pegasus, Aragonès ha apuntado esta mañana que éstos están «llenos de falsedades» e incluyen «afirmaciones fuera de toda realidad», como la que sostiene que dirigía desde la «clandestinidad» los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR). «Si una parte de la seguridad nacional está en manos de un servicio de inteligencia de este nivel, que justifica la vulneración de derechos fundamentales en base a mentiras, entonces..., me preocuparía por la seguridad nacional», ha manifestado.

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«Yo siempre he defendido la independencia de Cataluña, lo hice siendo vicepresidente y ahora siendo presidente. No desde la clandestinidad, sino a plena luz del día. No deberían espiarme inventando argumentos que no se aguantan», ha subrayado. Sobre la declaración de Esteban, ha celebrado que «es la primera vez que los servicios de inteligencia españoles se ven sometidos a escrutinio» y que tendrán «la oportunidad» de «poner orden y límites» a su actividad.

Fue en mayo de 2022, cuando el Gobierno cesó a Esteban al frente del CNI, pocos días después de que ésta confirmase, durante su comparecencia a puerta cerrada ante la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso, que el Centro había monitorizado a 18 independentistas, siempre con autorización judicial. Entre los políticos que admitió haber espiado figuraba Aragonès, pero en la época en la que aún era vicepresidente autonómico. No así el listado de 65 soberanistas que, según un estudio que publicó Citizen Lab, un laboratorio de la Universidad de Toronto (Canadá), habrían tenido su teléfono infectado con el programa espía.

Aragonès formalizó entonces una querella y, a petición del juez, el Consejo de Ministros aprobó, el pasado 16 de enero, la desclasificación parcial de documentos de la inteligencia española sobre el espionaje al político catalán, aunque el pasado diciembre, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ya avanzó que dicha desclasificación era «bastante probable». Sin ella, Esteban no podría haber declarado, ya que la ampara la Ley de Secretos Oficiales.