El exconsejero de Economía catalán Jaume Giró deja su escaño por discrepancias con Puigdemont y su estrategia
Explica que las orientaciones actuales del partido «no coinciden» con su «manera de entender la política»
Barcelona
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Iniciar sesiónEl exconsejero catalán de Economía Jaume Giró ha anunciado este jueves que deja su escaño en el Parlament y sus cargos en la Ejecutiva de Junts. En un comunicado, el diputado muestra sus discrepancias con la dirección del partido, cuyas orientaciones actuales «no coinciden» ... con su «manera de entender la política», por lo que ha decidido dar un paso a un lado al no estar «en condiciones de dar al partido lo que espera» de él. En las próximas horas formalizará su renuncia, recibida por el presidente Carles Puigdemont con una fría y escueta nota a modo de acuse de recibo.
«Cataluña vive, por varias razones, en un cruce decisivo y la política es, demasiado a menudo, excesivamente táctica», apunta Giró en el comunicado con que ha formalizado su renuncia. «Se priorizan los intereses de partido por encima de los del país, lo que dificulta la colaboración entre las fuerzas principales y, de rebote, el bienestar y el progreso», añade en la misma nota, en lo que no deja de ser una amonestación a una manera de entender la política de la que se siente profundamente alejado. Giró, miembro de Ejecutiva nacional de Junts era desde las últimas elecciones autonómicas diputado autonómico
La renuncia de quien antes de su entrada en la política fue director general de la Fundación La Caixa tras una dilatada trayectoria en el mundo de la empresa, siempre en la esfera de la comunicación, culmina el divorcio entre su persona, el partido y su máximo dirigente, Carles Puigdemont, cuya estrategia frentista y de confrontación no comparte Giró.
Su incorporación a Junts se produjo a la vez que su nombramiento como consejero de Economía de la Generalitat, entonces en el ejecutivo de coalición entre ERC y Junts presidido por Pere Aragonès. Su breve paso por la consejería (entre mayo de 2021 y octubre de 2022) marcó el inicio de su desencuentro con el partido, en tanto que la decisión de Puigdemont y su núcleo duro de abandonar la coalición no fue compartida por Giró, que trabajó para convencer a la militancia de lo contrario: en una consulta interna se decidió salir del Govern. Desde entonces la grieta no hizo más que ensancharse.
Sus discrepancias con la política de pactos tras las locales de 2023, cuando preconizaba que no había que renunciar a entenderse con el PSC en corporaciones y diputaciones -Junts ni lo intentó, de manera sangrante en Barcelona, lo que acabó propiciando los pactos de ERC con el PSC- son otro ejemplo de la distancia estratégica entre Giró y el partido.
Unos meses más tarde, el veto de Puigdemont a que Giró encabezase la lista de las generales y se convirtiese en el hombre de Junts en Madrid, donde el ahora dimitido creía que podría propiciar una política de entendimiento -en la línea de la vieja Convergència que Giró no deja de representar- ya anticipaba lo que ha acabado por consumarse. La elegida por Puigdemont para representar a Junts en el Congreso fue Míriam Nogueras, cuyos planteamientos políticos, formas y obediencia ciega al líder son precisamente todo lo que Giró, como se puede entender de su comunicado y de su trayectoria, aborrece.
La decepción de Giró con el partido ha sido pues una acumulación de circunstancias, demasiado para quien confiaba en que la formación recuperase el carril central, superando de una vez el trauma de 2017 y volviendo a los postulados de un catalanismo sensato y con capacidad de pacto y entendimiento con el resto de fuerzas políticas, en el Parlament y en el Congreso.
Su renuncia tiene también un poso de decepción personal con muchos de sus compañeros de militancia, de manera principal con muchos altos cargos que, en conversaciones privadas siempre han compartido una misma manera de entender la política, pero que públicamente nunca se han atrevido a levantar la voz ante un Puigdemont y su núcleo duro que, se sostiene en este flanco de Junts ahora en fase de repliegue, tienen al partido «secuestrado».
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«Dejo mis cargos con la tranquilidad de saber que actúo siguiendo solo mis convicciones personales, y con la esperanza de que otras personas puedan aportar al país la energía y las ideas que el momento requiere», afirmado Giró. «Yo no he estado nunca en un sitio para calentar la silla. Y tengo, en este momento de mi vida, el privilegio de poder continuar siendo fiel a estos principios», añade.
Giró, que en el interludio entre su etapa en La Caixa y su nombramiento como consejero del Govern creó una consultora de comunicación y fue editor de un medio digital -de los que se desvinculó por completo para dedicarse a la política-, no cierra la puerta a seguir teniendo un papel, o al menos voz, en la esfera pública. No renuncia, apunta, a «nuevas oportunidades» para renovar su compromiso con Cataluña.
La misiva acaba con un reconocimiento a los cargos y militantes de Junts, en ningún momento a Carles Puigdemont, que junto al secretario general, Jordi Turull, han respondido con un frío y escueto comunicado donde dicen «respetar y lamentar» su decisión. Las voces discrepantes en Junts se van apagando.
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