Eva Parera: «Valents va a estar en el gobierno de Barcelona, si es decisivo, sí o sí. No seremos la muleta de nadie»

-¿Qué expectativas tiene para las elecciones?

-Muy buenas. Todo apunta a que vamos a tener un buen resultado. Entramos seguro en el Ayuntamiento de Barcelona, lo vamos a hacer bien. Y a partir de ahí todo será crecimiento. Ahora hemos de consolidar la marca, el proyecto, más implantación, presentarlo a toda la ciudad, que es lo que estamos haciendo. Vamos a presentarnos en 90 o 100 municipios catalanes. En un año ya tenemos 72 concejales y 150 juntas locales. Es un termómetro muy bueno que indica que la adhesión de la gente es muy rápida e ilusionante. La marca es nueva y eso supone un gran desconocimiento de cara a las elecciones. Pero en 2015 le pasó lo mismo a Colau. Era algo muy nuevo y, sin embargo, se puso con 11 concejales. Nosotros, no nos ponemos límites.

-¿El futuro del partido depende del resultado de las elecciones si no se consiguen concejales en Barcelona?

-No está en la ecuación no entrar en Barcelona porque ya estamos. Lo ideal es entrar en todos los municipios en donde nos presentamos. Pero es evidente que si haces 10 o 20 listas es difícil que todas consigan buenos resultados. Hay muchos municipios de Cataluña en donde, todavía, por desgracia, no hay tradición de votar a partidos constitucionalistas. Las encuestas publicadas por encargo de terceros no nos interesan, no nos aportan nada, nosotros no tenemos recuerdo de voto como marca y, por tanto, esto afecta a la cocina final de la encuesta. Pero tenemos ya concejales y presencia en muchos ayuntamientos. Esto te da una clara ventaja sobre otros partidos que no están en estos ayuntamientos, que a pesar de su marca consolidada no han conseguido entrar.

-¿Cuál sería un buen resultado para Valents en Barcelona, seis o siete concejales?

-No, en Barcelona, entrar es un buen resultado porque entrar ya significa decidir quién gobierna. Quien va a tener el mando del próximo alcalde no son los grandes partidos, son las formaciones que van a entrar y se consideran más pequeñas. Pero no me pongo un tope de concejales, porque si Colau pasó de cero a 11, ¿por qué no lo puede hacer Valents? Hay necesidad de cambio en la ciudad. La gente está pidiendo un cambio y contundencia en muchos debates importantes de la ciudad que hasta ahora no se estaban teniendo. Y nosotros estamos marcando la agenda. Hasta que nosotros no pusimos sobre la mesa el tema de las okupaciones nadie hablaba de okupaciones ilegales. Era un problema oculto que todo el mundo conocía y que nadie se atrevía a afrontar. También pasó con los índices de delincuencia, al poner las cifras encima de la mesa.

-Cuando los electores acudan a las urnas, el 28 de mayo, encontrarán, al menos, cuatro listas de partidos que se sitúan desde el centro a la derecha. ¿Qué diferencia a Valents de CS, PP y Vox? ¿Y qué puede ofrecer Parera respecto a los otros candidatos?

-Utilidad. Si das tu voto a una formación política que ya te está manifestando, desde el primer momento, que a lo único que aspira es a repetir sus concejales y ponerse en cuatro y que no tiene capacidad de entendimiento ni siquiera con fuerzas políticas constitucionalistas, pues ese voto no sirve para nada.

-¿Se refiere al PP?

-Por ejemplo. Así de claro lo digo. Y lo ha dicho su candidato, que no se va a entender con los demás partidos constitucionalistas. El gran éxito del PP es intentar duplicar sus concejales. Oiga, ¿ese es el gran éxito o el éxito tiene que ser cambiar el gobierno de la ciudad, cambiar el modelo de gestión? No voy a mirar mi resultado, me fijo en qué le puedo aportar a la ciudad de Barcelona. Y hay otra diferencia, la misma noche electoral sabremos quién va a decidir lo que voten los concejales de Valents, que lo decidirá Valents, nadie de la calle Génova, de Madrid, ni nadie de la sede de CS o Vox en la capital de España. Y lo mismo ocurrirá en Sitges, Valls, Tarragona, Lérida y los municipios en los que nos presentamos.

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-Por sus palabras, está descartado que pacten listas conjuntas con el PP y CS, por ejemplo.

-Ojalá lo haya. Hemos ofrecido pactos a los dos partidos. Por carta, en rueda de prensa, en persona reunidos en Madrid con dirigentes de ambas formaciones, porque en Barcelona no lo deciden. Pero las respuestas son de absorción. En realidad, Valents ya está llevando a cabo una unión del constitucionalismo. Solo hay que ver que cargos del PP y de CS se están afiliando a nuestro partido y a estos fichajes unimos la integración de la sociedad civil.

-¿A quién haría alcalde, a Trias, Collboni o Colau?

-No entro en el marco mental de ser muleta de nadie.

-Hace un momento ha dicho que será decisiva…

-Sí, pero yo quiero gobernar, no voy a regalar unos votos para que alguien sea alcalde y Valents se quede en la oposición. Valents va a estar en el gobierno, si es decisivo, sí o sí, le pese a quien le pese. No seremos la muleta de nadie. Si queremos tener una incidencia real, hay que saber transmitirle a la gente que la Barcelona de Colau ya se ha aprobado, la Barcelona de Collboni ya se ha aprobado y la Barcelona de Trias ya se ha aprobado. El mensaje es: ya lo has probado todo, no insistas en equivocarte, no insistas en volver a probar una cosa que no ha funcionado; prueba un modelo de ciudad distinto.

-Pero estará más cómoda con un candidato que con otro.

-No es un problema de ideología, es un problema de modelo de ciudad. Es evidente que con Colau y Maragall estamos en las antípodas. Ellos proponen un modelo de decrecimiento y de empequeñecer la ciudad. Este mismo modelo lo tiene Junts, que hizo un referéndum ilegal en 2017, aprueba leyes de desconexión y expulsa a las empresas de la ciudad. Al final es una cuestión de entender que nosotros queremos un ayuntamiento que no sea invasivo, que no controle todo y que dicte lo que se puede y lo que no se puede hacer. Queremos que sea colaborador del sector privado y venga a incentivar a las empresas y atraerlas.

-En Barcelona, hay un problema de acceso a la vivienda. ¿Qué solución que plantea?

-El problema no es de acceso a la vivienda, el problema es que no existe suficiente vivienda. Es un problema de libre mercado, es decir, hay más demanda que oferta, por lo tanto los precios se encarecen y la ciudad se vuelve más cara. Lo único que hay que hacer es construir.

-¿Dónde?

-Barcelona tiene mucho espacio para construir, pero hay que hacerlo con visión metropolitana. No podemos ser tan poco ambiciosos como para quedarnos con la Barcelona de un millón y medio de habitantes. Hemos de ser mucho más ambiciosos y hablar de la Barcelona de los 3.500.000 de habitantes. Tenemos dos limitaciones claras: el mar y la montaña. Pero también 83 terrenos disponibles para construir, hay municipios metropolitanos por explotar, posibilidad de incrementar el techo de construcción…

-¿Hay que poner límites a los precios de alquiler?

-Es una intromisión de la administración pública en el mercado, que desincentiva a las empresas que construyen. Hay que bonificar para que se construya y se construya vivienda social.

-Bajaron los precios del alquiler durante el tiempo que estuvo vigente la ley catalana.

-La bajada fue ficticia. Si tienes una propiedad y la estás alquilando, si alguien te la alquila al precio que pones es porque hay demanda de ese precio. Si el ayuntamiento dice que no se puede alquilar a ese precio, lo pones a un precio inferior, entonces se crean dos problemas. Uno, que ya no compensa alquilarlo y, por lo tanto, la vivienda no se pone a disposición para alquilar. Y dos, la okupación, que es un problema importante, pues entra el miedo del propietario a tener que aguantar a un okupa. Por lo que también retira la vivienda del mercado.

-Barcelona está más limpia desde hace unos meses.

-La memoria de la gente es frágil y corta. El ayuntamiento se ha puesto a limpiar como loco, como si no hubiera un mañana, porque hay elecciones en dos meses. Pero hemos tenido una plaga de ratas, una plaga de chinches, una plaga de pulgas. Y esto ocurre porque la ciudad estaba sucia. Se han caído un montón de árboles porque no se están cuidando, no se están regando, ni podando, ni se valora si los árboles tienen enfermedades o no. Se habla mucho del verde de la ciudad, de lo florida que está, pero la realidad es que la ciudad no está verde, no está cuidada, está sucia. Lo que pasa es que la realidad era tan obvia y las quejas eran tan evidentes, que han decidido ponerse las pilas.

-¿Qué propone Valents, más allá de invertir en limpieza, que es el recurso fácil?

-No, para nada, no se trata de invertir más. Creo, incluso, que el contrato de limpieza es demasiado caro. Algo falla porque nos vendieron que el contrato de limpieza pasaba a ser de 300 millones de euros, es decir, casi el 10% del presupuesto del ayuntamiento, porque nos venían unos contenedores inteligentes y unos camiones de limpieza totalmente electrificados que evitaban ruidos. ¿Alguien ha visto algún contenedor inteligente? Lo que tenemos son contenedores de plástico rotos y mucho más pequeños. Y los camiones electrificados resulta que se pagan aparte. Nos han mentido desde el primer día. Este contrato se tiene que revisar.

-En la encuesta que hace el Ayuntamiento en relación a la seguridad los ciudadanos ponen una nota del 5,6 (siendo 10 muy seguro y cero, poco seguro). Y en 2013 era del 5,3. Estamos más o menos igual, al menos en percepción.

-El tema de la seguridad lo ponemos nosotros sobre la mesa. Y el gobierno municipal lo utiliza para acusarnos de generar un problema. ¿Cree que yo genero un problema? Las cifras cantan. El 80% de las personas no denuncian el delito. Desde que está Colau en el ayuntamiento se han cometido 1.200.000 delitos denunciados. Y somos 1.600.000 de habitantes. Así, tenemos una media, en los últimos ocho años, de dos-tres delitos por cada barcelonés. Se está cometiendo un delito cada dos minutos y medio. Son cifras de la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra. La ciudad ha sido noticia por un secuestro exprés en casa de un futbolista, un robo en casa de otro futbolista, una embajadora japonesa que murió en un robo, un piloto de F1 al que le robaron, que acabó con una persecución en un patinete. Estadísticamente, ¿qué posibilidades hay de que a gente tan conocida le pase algo en la ciudad? Les pasa porque le pasa a todo el mundo. La gente tiene una percepción de inseguridad. Las webs turísticas recomiendan no viajar a Barcelona porque es una ciudad insegura. Tenemos una ciudad con ocho mafias instaladas, no es sostenible. Nos faltan casi mil agentes de la Guardia Urbana y otros mil de los Mossos.

-¿Qué propone para incentivar la economía de la ciudad?

-No hay nadie en el ayuntamiento, ni fuera, haciendo propuestas para los autónomos y las pequeñas empresas. De entrada, hay que crear una concejalía de emprendeduría y autónomos. Es clave. Menos concejalía de igualdades, LGTBI… Una concejalía de autónomos y emprendedores que se dedique, exclusivamente, a pensar en el colectivo. A partir de ahí, medidas facilitadoras de la creación de nuevos negocios. Licencia con declaración responsable en 48 horas. Y luego ya haremos el control correspondiente en los 30 días siguientes. Ahora se tarda una media de ocho meses. Fuera planes de usos. El plan de uso es lo que se decide, en cada barrio, qué negocio se puede poner. Esto está pasando. No puedes poner una peluquería donde te dé la gana. Tenemos miles de persianas bajadas, miles. El plan de usos es para decidir que no va una casa de apuestas al lado de un colegio. Eso es un plan de usos útil, pero no para decidir que al lado de un colegio usted no puede poner una tienda de chuches. Hay que bonificar la cuota de autónomos para no pagarla hasta que no empieces a generar ingresos. Y tenemos a la Generalitat con 15 impuestos propios y a Pedro Sánchez haciendo 54 subidas de impuestos. Y para la captación de inversiones se necesitan dos cosas: estabilidad política y seguridad jurídica. Elementos que no tenemos en Cataluña. Y eso nos perjudica.

-Dígame algo que Colau ha hecho bien en todos estos años, desde su punto de vista.

-La moratoria que hizo a las viviendas, a los pisos turísticos. Creo que hay que reformular el modelo. Me parece muy bueno el proyecto de las Ramblas, aunque se ha tardado demasiado, había que haberlo empezado durante la pandemia.