Doce vainas percutidas tras el tiroteo ante una escuela llevan hasta las dos familias que se disputan el control de la droga en Nou Barris

La operación de los Mossos, que se saldó con seis detenidos, tuvo que precipitarse para evitar un nuevo enfrentamiento

El intercambio de disparos, el pasado 4 de abril, se saldó con un herido de bala

Un agente de Balística, con uno de los proyectiles MOSSOS

Elena Burés

Barcelona

Las vainas que los Mossos d'Esquadra recogieron tras un tiroteo ante una escuela de Nou Barris (Barcelona), a plena luz del día el pasado 4 de abril, han llevado hasta los integrantes dos familias que se disputan el control del tráfico de ... drogas en el distrito. El intercambio de tiros en la calle Góngora obligó a confinar el colegio y se saldó con un herido. Algunas de las balas también impactaron contra sendos vehículos. Un taxi y una furgoneta de reparto.

Antes de huir, los autores del tiroteo recogieron varias vainas para tratar de impedir que la Policía los identificase, pero no se las llevaron todas. Durante la inspección ocular, agentes de Balística localizaron otras doce, que son las que han permitido determinar que los disparos se efectuaron con dos armas diferentes. Con una de ella efectuaron cinco tiros desde un portal y con la otra, a unos 50 metros del domicilio de un integrante del clan rival.

Es más, el análisis de la Científica ha permitido certificar que una de las armas ya se había utilizado para disparar contra un piso de Nou Barris, en diciembre de 2023. Meses más tarde, con el nuevo tiroteo los investigadores constataron que se debía a la disputa entre dos familias por el control de la droga. Las incursiones de uno de los clanes en territorio del rival provocó pequeños enfrentamientos, hasta que fue escalando su intensidad.

La territorialidad se «intensificó» tras el suceso con un herido el pasado abril. Los seguimientos de los investigadores permitieron comprobar como algunos de los implicados en la disputa habían abandonado ya Nou Barris. De hecho, las detenciones de la bautizada como operación Neo, se precipitaron para evitar un nuevo enfrentamiento armado, según detallan desde el Cuerpo.

El despliegue, que contó incluso con el Grupo Especial de Intervención (GEI) -unidad de élite de los Mossos- se saldó con seis detenidos, de entre 25 y 63 años, el pasado 30 de septiembre. Cuatro de una familia, y los restantes, de la rival. Entre ellos, el herido en el tiroteo de abril. En total, acumulan medio centenar por delitos contra la salud pública e incidentes violentos. Durante los registros, bajo la tutela del Juzgado de Instrucción 11 de Barcelona, los agentes descubrieron que todos ellos tenían armas y munición. De hecho, se incautaron de dos armas cortas, tres cargadores, una larga de aire comprimido, otra simulada, así como chalecos antibalas y munición de diferentes calibres.

También de espadas, puñales, machetes, un puño americana y una defensa extensible, así como 2 kilos de hachís, marihuana y 13.000 euros en efectivo. La investigación sigue abierta, que todavía queda pendiente determinar que las armas incautadas fueron las que emplearon los detenidos en el tiroteo.

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