Dagoll Dagom prepara su adiós de los escenarios con 'L'alegria que passa'
La compañía, que se despedirá en 2024 con 'Mar i cel', presenta su última obra original
D. MORÁN
Barcelona
El adiós definitivo, el de las ovaciones cerradas y las despedidas emocionadas, llegará en 2024 con la reposición, sin nada se tuerce, de 'Mar i cel', una de los grandes hitos de la compañía y muy probablemente su cima de popularidad. Ante de ... eso, sin embargo, toca empezar a preparar la retirada con 'L'alegria que passa', su último montaje original. El último espectáculo de creación de Dagoll Dagom que se podrá ver a partir de marzo en 2023 en el Teatre Poliorama de Barcelona.
En esta ocasión, y después de 'Maremar' y 'Scaramouche', la compañía catalana vuelve a medirse con un clásico de la literatura para llevar a escena un texto de Santiago Rusiñol de 1898. Un «cuento de raíces clásicas pero de huella contemporánea» que aborda la relación del artista con la sociedad. La pieza original de Rusiñol se estrenó en 1901, pero su duración, apenas 20 minutos, hizo que no fuese demasiado representada en su época.
Con este nueva versión, el director de escena Marc Rosich se ha encargado de alargar la pieza hasta la hora y media «aumentando la complejidad de los personajes» e incorporando al texto fragmentos de otras obras de Rusiñol como 'Ocells de fang, ocells de pas' y 'El poble gris'.
Bohemio utópico
Según destaca la compañía, Rusiñol escribió 'L'alegria que passa' «siendo todavía un bohemio utópico que soñaba con crear la obra de arte total, donde todas las disciplinas tienen cabida» un espíritu que Dagoll Dagom quiere recuperar e incorporar a una obra en la que «las disciplinas artísticas se desdibujan por fusionarse en un solo lenguaje». El texto del musical, destaca la productora artística Anna Rosa Cisquella, contiene poéticamente el eterno dilema de Rusiñol« sobre el arte y la relación del artista con la sociedad».
Para Andreu Gallén, director musical, se trata de un es un espectáculo ambicioso que «va al límite con las vivencias de los personajes y con el simbolismo del modernismo para interpelar al espectador»; un musical contemporáneo en el que caben el rap, el rock y las baladas clásicas. La actriz Àngels Gonyalons, presenta en la primera producción de 'Mar i cel' de 1988, encabeza un reparto que completan Mariona Castillo ('Cop de rock'), Jordi Coll, Júlia Genís, Eloi Gómez, Pol Guimerà, Basem Nahnouh, Pau Oliver y David Pérez-Bayona.
«En esta fábula que estamos creando hacemos que dos mundos contrarios se encuentren y, por lo tanto, escénicamente generamos dos universos radicalmente diferentes», destaca la directora coreográfica, Ariadna Peya. Sobre el escenario, esto se traduce en el choque que se produce cuando una compañía musical aterriza en un pueblo monótono e industrial y revolucionará la vida de sus habitantes. «Haremos un juego de transformaciones y todo el rato iremos de un sitio a otro y cada intérprete tendrá que trabajar con dos personajes contrarios», añade Peya.
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También la música refleja esta dualidad, con un conjunto de baterías y guitarras brillantes encarnando la compañía de artistas y sonidos electrónicos más fríos y apagados representando el pueblo. «Uno de los rasgos fundamentales y distintivos de esta obra es que la música es interpretada en directo por nuestra propia compañía de actores y actrices. Se ha hecho un proceso de casting en el que hemos buscado actores que canten y bailen, y que también toquen instrumentos, buscando un virtuosismo escénico a través de la multidisciplinariedad», destaca Gallén.
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