Barcelona se abona a la moda de las coctelerías secretas
De ferretería y asilo durante los años 30 a Club 61, nueva propuesta para la noche barcelonesa
El interior de Club 61
Barcelona se ha convertido en toda una referencia coctelera de un tiempo a esta parte. Después de que en los premios de coctelería 'The World's 50 Bests Bars' la Ciudad Condal tuviese en el 'top 10' a tres de las mejores coctelerías del mundo ... , son muchos los que se animan a crear su negocio en este sector en auge. Este es el caso de Club 61, una propuesta de bar nocturno de autor que te hace viajar en el tiempo hasta los años 20 y vivir una experiencia clandestina.
El espacio, que ahora está decorado con detalles del estilo Art déco y que se viste con luces de neón para darle su toque íntimo, era el siglo pasado una de las ferreterías más grandes de Barcelona que durante la Guerra Civil dio asilo a los perseguidos en sus sótanos.
A día de hoy, su secretismo al más estilo 'speakeasy' continúa en esos mismos bajos, en los que Club 61 ofrece una cocina clandestina -llena de matices ocultos en sus platos-, «ecléctica y cosmopolita». Entre sus platos estrella tienen el tartar de bogavante y gambón ahumado en Belvedere, el 'dimsum 'de ossobuco braseado, torrija de curry y coco, o la 'lasagna' de pepino, kiwi, y tofu fresco con vinagreta de lima. Y para culminar, se puede disfrutar de postres como el 'ganache' de chocolate guanajo o los fresones salteados con pimienta verde, mezcal y crema catalana tostada. Para rematar la noche con unos cócteles, desde el local recomiendan el Nutty espresso Martini, el Coco Negroni y el canalla Pornstar Martini…
Asimismo, venir a cenar a Club 61 cuenta con una peculiaridad que le da cierta exclusividad a la coctelería. La aventura comienza al uno reservar una mesa por teléfono o internet. Si se opta solo por disfrutar de un buen cóctel, la condición, para recibir y para que se abra su 'puerta secreta', es que se haya cenado previamente en alguno de los cinco restaurantes que posee en Barcelona el grupo gastronómico Balcastro, al que pertenece también el establecimiento, y que son Casa Ràfols, Can Framis, Casa Lolea, Elsa y Fred, y Sophie Gastrobar. Los camareros son el primer paso para lograr la llave de acceso al club, y para que así empiece la magia hacia este secreto que abre sus puertas en la capital catalana.
Su ubicación, de fácil acceso, se encuentra en la calle de Trafalgar, en el corazón de la ciudad condal, donde de martes a sábado desde las 20 hasta las dos de la madrugada se deja vía libre al misterio para mantener su discreción, bajo la categoría de 'solo miembros'…
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