La defensa de Alay urge al juez a abandonar la investigación «prospectiva» sobre la trama rusa del 'procés'

Sendos recursos -contra la pieza principal y la separada- , a los que ha tenido acceso ABC, se pronuncian en contra de alargar una causa que, apunta el abogado, arrancó en 2016, y «lleva instruyéndose por más de siete años sin ningún resultado asimilable a un acto delictivo». Por este motivo, Boye ha solicitado al Juzgado de Instrucción 1 de Barcelona dejar sin efecto el auto, fechado el pasado 24 de enero, aunque no se le notificó hasta ayer, martes.

Un auto que el instructor emitió sin solicitar informe previo a la Fiscalía, según confirmaron desde el Ministerio público a este diario. La defensa de Alay apunta además que «parece que la intención de este magistrado es mantener abierto indefinidamente el presente procedimiento no sabemos al servicio de qué o de quién en lo que no es sino una investigación claramente prospectiva cuyo único objetivo parece ser investigar a mi mandante».

Cabe recordar que en julio de 2022, el mismo juzgado ya archivó otra de las piezas separadas de la operación Voloh contra Alay. La que hacía referencia a una supuesta compraventa de petróleo, por la que éste y el empresario Alexander Dmitrenko se felicitaron en una conversación telefónica. Un archivo que el instructor decretó al concluir que no existía «ningún indicio sólido de criminalidad» contra el jefe de la oficina de Puigdemont.

En su segundo recurso, sobre la pieza separada dos, Boye reprocha además que la prórroga de la instrucción se sostenga en la transcripción de diversos extractos de un auto dictado en agosto de 2019 que dice que se confirmaría por el contenido de una denuncia anónima basada en unos recortes de prensa. «Sinceramente, no parece serio mantener un procedimiento abierto indefinidamente basándose en un auto de hace más de cuatro años y en una denuncia anónima que se basa, a su vez, en unos recortes de prensa», apunta el texto. Algo que «se adentra en el ámbito del esoterismo procesal del que nada bueno puede salir».

También reprocha que «resulta escandalosa la inclusión en el procedimiento de unos supuestos mensajes entre Alay y su abogado para hacer valer las fantasiosas teorías de este instructor». Apunta así que «si son ciertos y fuesen obtenidos legalmente, la vulneración del secreto profesional es uno de los límites que este juzgado debería conocer».

Además, hace referencia a las declaraciones de Aguirre en la televisión pública alemana, en las que juez dice sobre la presente causa: «Se trataría de la influencia directa de Rusia en el proceso de independencia de Cataluña, apoyando el proceso de independencia, con la finalidad de que Rusia desestabilizara, primero, la democracia española y abriendo la puerta trasera a la infiltración en todas las democracias liberales de Europa Occidental». Manifestación de la que, para Boye, «parecería deducirse que, junto con quebrantar la obligación de imparcialidad del instructor se está comunicando, a través de la prensa alemana, una imputación no existente hasta este momento y, además, absolutamente disparatada, por decirlo en términos que hasta la prensa afín a la instrucción pueda entenderlo».