Dani Alves alegará que iba borracho la madrugada de la agresión sexual en una discoteca de Barcelona

Transcurridas unas horas desde el suceso, el futbolista brasileño negó incluso conocer a la denunciante. «Pasó por el local, estuvo poco tiempo y se fue. Dice que no pasó nada», fue lo que trasladó uno de sus representantes a ABC la mañana del 31 de diciembre, preguntado por la presunta agresión sexual, que avanzó este diario. Después, apuntó que sólo habían tenido sexo oral para, finalmente, indicar que sí habían mantenido relaciones, aunque «consentidas».

Es más, Alves precisó que éstas llegaron tras una «tensión sexual» entre ambos desde un inicio. El brasileño fue más allá y esgrimió ante la juez que la joven pudo sentirse «ofendida o enfadada» al pedirle salir por separado del baño y no haber sido «más atento al concluir el acto sexual» para tratar de justificar la denuncia posterior. Argumentos que rechazaron tanto la Fiscalía como la juez, y también la Audiencia de Barcelona, que creen que existen «suficientes indicios» de que fue una agresión sexual.

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Introducir en su versión que se encontraba bajo los efectos del alcohol busca, en caso de poder demostrarlo, conseguir un atenuante, es decir, una posible reducción de la pena, en caso de ser condenado. Para sustentar esta tesis, durante el juicio declarará su pareja, Joana Sanz. Testifical que, según ha avanzado 'El Periódico', ha solicitado la defensa del exlateral del Barça, y que el tribunal ha aceptado. El brasileño se sentará en el banquillo de la Audiencia de Barcelona el próximo 5 de febrero. La acusación particular, que ejerce Ester García, solicita para él doce años de cárcel por la agresión sexual. La Fiscalía, nueve, por el mismo delito.