Sólo en Barcelona, han sido más de un centenar las armas blancas que los agentes han retirado a sus portadores. Además, según ha detallado el Cuerpo catalán en una nota de prensa, también se ha incautado de otros objetos peligrosos con «capacidad lesiva», como bates de béisbol, barras de hierro, puños americanos e incluso una pistola eléctrica.
El despliegue policial se ha realizado en los denominados «espacios de protección reforzada», donde los investigadores han detectado un potencial riesgo, bien por su incidencia delictiva o espacios comerciales, de ocio nocturno o gran concurrencia, como han sido las fiestas de Lérida o Molins de Rei. También en el transporte público, como el metro.
Los dispositivos, en los que han trabajado agentes de seguridad ciudadana, investigación, tráfico, orden público, canina y drones, se mantendrán por todo el territorio, debido al incremento de la tenencia de armas blancas. De hecho, sólo entre enero y agosto de este año, han sido más de 6.200 las incautadas por los agentes en el conjunto de Cataluña, frente a las 3. 800 de todo 2020.
El aumento preocupa a la Policía catalana, por eso, el refuerzo del plan Daga pivota sobre tres ejes: prevenir, perseguir y sancionar -en base a la legislación vigente- la tenencia de armas blancas en el espacio público. Además de los controles en zonas de especial riesgo, también se realizan otros aleatorios en medios de transporte, con la finalidad de imponer las pertinentes multas, cuyo importe mínimo es de 600 euros.
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