Cotejo de huellas para cazar a multirreincidentes europeos con identidades falsas

«Dejamos de investigar hechos [delictivos] para investigar personas», ha detallado el mando. El objetivo: sacar de la calle a los multirreincidentes y a ello ayuda poder sumar al atestado el máximo de antecedentes, para que un juez pueda contemplar su ingreso en prisión preventiva. Cautelar poco decretada, pese a la modificación del Código Penal, según constatan los datos. Y es que de los cinco multirreincidentes más activos de Barcelona -detenidos en más de un centenar ocasiones durante 2022-, solo dos han ingresado en prisión. Un tercero también llegó a estar entre rejas, pero salió en libertad a los 12 días.

Se trata de «oportunistas» que hacen de la actividad delincuencial su 'modus vivendi', según ha explicado la comisaria Marta Fernández. Gran parte de ellos son «locales» y una minoría tienen «alta movilidad geográfica» y se desplazan hasta la capital catalana para delinquir: hurtos y robos en la vía pública. Algunos con violencia. El perfil es el de hombres de entre 18 y 25 años, que aprovechan las aglomeraciones para delinquir.

Solo durante el año pasado, la Policía catalana detectó a 289 multirreincidentes en Barcelona. Entre ellos superan las 2.200 detenciones y los investigadores les imputan la comisión de 5.620 delitos. Para tratar de atajar su actividad, los investigadores han creado mapas de calor por barrios -los distritos más afectado son Sant Martí y Nou Barris-. Mapas, no solo de donde se cometen la mayoría de robos, sino de donde pernoctan quienes los perpetran. El objetivo, según ha detallado Naharro: poder detenerlos en su desplazamiento entre el punto de comisión del delito y el domicilio.

Gran parte de las víctimas son turistas, una dificultad más para los agentes, ya que la mayoría de ellos abandonan la ciudad antes de que los Mossos los citen, lo que dificulta la trayectoria procesal contra el delincuente. Para ello ahora potencian la prueba preconstituida, es decir, grabar su declaración antes de que se marchen.

Si en 2019, las bandas especializadas en sustraer de relojes de lujo -pese a la alerta generada, suponen solo un 7 por ciento de los robos- venían de otros países de Europa, ahora solo se desplazan a Barcelona para su receptación. Es decir, se los «compran» a delincuentes locales. En más de nueve de cada diez casos, los asaltos con violencia se cometen sin recurrir al uso armas pese al aumento de tenencia que se ha detectado en la capital catalana. En parte, ha apuntado la comisaria Fernández, por el aumento de controles para su decomiso.

De hecho, durante 2022, el 65 por ciento de las víctimas de robos o hurtos en las calles de la ciudad no sufrió ningún tipo de lesiones.