Coldplay se rinde en mitad de su concierto de Barcelona a los castellers: «Lo mejor que he visto»

Una chica, joven, no mayor de 25 años, se aguantaba de pie sin dificultad sobre los hombros de un compañero, entre las cabezas de la gente. Tanto era su equilibrio que ni siquiera lo perdió ante la certeza de que el vocalista (y las 50.000 personas que llenaban el estadio) la miraba sólo a ella, sorprendido, como si nunca hubiera presenciado nada igual.

«Es lo mejor que he visto nunca», anunció el cantante, que no daba crédito a lo que veía, muy lejos de él, entre la multitud. «¿Cómo te has puesto de pie sobre alguien? No lo entiendo ¿Eres una acróbata o algo parecido?«, preguntaba. »Esta chica es increíble, es lo más espectacular que he visto nunca en un concierto«, remató.

La chica, llamada Ainhoa, no daba crédito a lo que ocurría. De repente, un foco la iluminó solamente a ella, y las miles de pulseras luminosas controladas por radiofrecuencia se apagaron. El estadio quedó completamente a oscuras, a excepción de su figura y la de Martin, que empezó de nuevo la canción.

Como no podía ser de otro modo, las redes sociales se llenaron de mensajes de admiración y 'envidia sana'. Muchos elogiaban la técnica de la chica ante lo que en el mundo de los 'castells' se conoce como 'pilar'. Una figura simple pero de compleja ejecución en un entorno tan caótico como un concierto. Más todavía, si el cantante te dirige tan grandilocuentes halagos.

Ante la viral anécdota ocurrida durante el primero de los cuarto conciertos que Coldplay realizará en Barcelona hasta el 28 de mayo, decenas de grupos de 'castellers' han publicado sus logros en redes sociales etiquetando a la banda británica. Intentaban, por supuesto, bromeando, que el grupo acudiera a alguno de sus ensayos o les dejara actuar con ellos en el escenario.

Los 'castells' son una antigua tradición catalana documentada ya en algunos municipios de Tarragona a principios del S.XVIII. Son torres humanas de varios pisos de altura y de muy distintas formas que se suelen exhibir tradicionalmente en fiestas populares. Desde 2010 son Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

En una figura pueden llegar a intervenir cientos de personas de todas las edades y complexiones físicas, que se entrenan durante todo el año para su respectiva tarea. La polémica ha rodeado siempre a esta tradición por utilizar niños, a pesar de que algunos estudios avalan que otros deportes comunes son igualmente (o más) peligrosos.