La candidatura alternativa de ERC no rechaza hablar con la de Junqueras pero sin renunciar a la renovación de líderazgos

El principal motor de la candidatura pasa no tanto por un giro estratégico como por jubilar a la anterior dirección. «No somos un proyecto nacido en torno a una persona, sino en torno a unas ideas. La organización no debe estar al servicio de un liderazgo, al revés, esa es nuestra diferencia», explicó una de las portavoces de la plataforma, la exconsejera de la Generalitat de Acción Climática Teresa Jordà, que ayer por la mañana ejerció como principal portavoz y se prefigura como una de las caras que podrían liderar el proyecto, en el que también se integra la hasta ahora portavoz del partido, Raquel Sans, que justo ha abandonado esta responsabilidad para participar de manera activa en la candidatura. La diputada Alba Camps o el alcalde de Manresa (Barcelona), Marc Aloy, también comparecieron ayer como caras visibles de un proyecto que presume de «liderazgo coral».

La candidatura se hace llamar Nova Esquerra Nacional y se espera que en los próximos días puedan sumarse otros nombres, ya que, por ejemplo, alguno de los exconsejeros del Govern que firmaron el manifiesto crítico con Junqueras pidiendo renovación por ahora permanecen de momento en segundo plano.

«No somos ni junqueristas ni roviristas», explicó Jordà para tratar de suavizar el clima de confrontación en un proceso interno que, si no hay pacto con la candidatura rival, va a ser inevitable. No se consideran roviristas, pero la espoleta de la candidatura es evitar que Junqueras repita en el cargo de presidente. Marta Rovira, aún secretaria general, ya anunció que no piensa optar a la reelección en el congreso convocado en principio para noviembre, con lo que quienes se oponen a Junqueras enarbolan la bandera de la renovación. Se les ha definido como roviristas, aunque aseguran que en la iniciativa no ha tenido un papel activo.

En todo momento, los portavoces de Nova Esquerra Nacional afirmaron que reivindican el legado de la anterior dirección, y señalan que no entienden el futuro de ERC sin ambos, aunque eso sí, dejaron muy claro que en «roles distintos» a los que han ocupado hasta ahora. En este sentido, los portavoces de la plataforma explican que no rechazan hablar con la candidatura de Oriol Junqueras, pero partiendo de la base de que su principal razón de ser es la «renovación de liderazgos». Ahora mismo no se vislumbra un acuerdo si Junqueras no da un paso al lado, y es probable que en las próximas semanas las presiones para que renuncie a la candidatura en aras de un proyecto que aúne los dos proyectos pueden crecer.

Así, el debate abierto en ERC no es tanto de estrategias como de personas, y en este sentido desde la candidatura presentada ayer se precisó que la decisión adoptada por el partido en ajustada votación interna para apoyar la investidura de Salvador Illa (PSC) como presidente, o la línea de colaboración con el PSOE en el Congreso, no están en cuestión. Xavier Godàs, exalcalde de Vilassar de Dalt (Barcelona), otro de los portavoces, señaló que en la candidatura se integran personas que tanto defendieron el sí como el no a la investidura de Illa, pero que, como «partido disciplinado, los acuerdos se han de cumplir».

Con todo, desde la candidatura sí se reconoce que es necesario un «cambio estratégico» para volver a reconectar con la ciudadanía tras un último ciclo electoral negativo, sin que ello, implique, a falta de conocer más concreciones, un giro fundamental. Sí apuntó Godàs la necesidad de poner la «nación» en el centro del proyecto, en lo que podría leerse como una amonestación a la estrategia reciente de ERC, de perfil más pragmático. Con todo, señalaron que su independentismo no implica renunciar a la gestión del «mientras tanto», precisamente una de las líneas estratégicas en las que Junqueras, también Rovira, han justificado por ejemplo la línea de colaboración con el PSOE. También se apeló ayer al concepto Països Catalans, algo que la anterior dirección había más o menos bandeado.

Así las cosas, las diferencias estratégicas entre su proyecto y el de Junqueras parecen más bien de matiz. Y lo que se ventila ahora es una confrontación de personas, equipos y de distinta visión de cómo debe ser la organización interna, más abierta según la candidatura llamada de renovación, alejada de los «personalismos» que dicen cuestionar.

Frente a Nova Esquerra Nacional estará el proyecto Militància Decidim, liderado por Junqueras, que ya ha anunciado la presentación el próximo 21 de septiembre en un acto que contará con el concurso del exconsejero Raül Romeva. Junqueras, tras el mal resultado electoral del 12-M y ante la presión de la militancia en favor de la renovación, anunció su pretensión de seguir liderando el partido optando de nuevo al cargo de presidente en el congreso de finales de noviembre. Para ello, y emulando a Pedro Sánchez en su proceso para recuperar el control del PSOE tras ser obligado a renunciar, Junqueras lleva todo el verano en ruta por Cataluña, reuniéndose con militantes, en lo que define como un «proceso de escucha activa».

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Ahora, lo más urgente es conocer si se mantiene la fecha del congreso prevista para el 30 de noviembre o se avanza, tal y como ha reclamado la candidatura de Junqueras. Se espera que se tome una decisión sin mucha dilación, y para ello se ha encargado un informe jurídico y la Comisión de Garantías deberá hacer una propuesta. La candidatura renovadora ya ha dejado claro que no es partidaria de un adelanto, más cuando, como se pudo comprobar ayer, aún no tienen un liderazgo definido. Sea en noviembre, sea antes, Esquerra, fuera de la Generalitat, y superada por Junts como principal marca independentista, afronta un momento decisivo.