En busca de una terapia génica para Abril
La UAB investiga una enfermedad ultrarrara, la paraparesia espástica, para la que no existe tratamiento
La asociación, creada por los padres de la pequeña, ya ha conseguido más de 1.400 donaciones
E.B.
Barcelona
Dos casos diagnosticados en España y 50 en todo el mundo. La paraparesia espástica del tipo 52 (SPG52) es una enfermedad neuromuscular degenerativa ultrarrara que no tiene cura, y tampoco existe medicación para paliar sus efectos. La única investigación en marcha es la que ... lleva a cabo la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), impulsada por los padres de Abril, una niña de Badalona, que el próximo mayo cumplirá 7 años.
Fue por aquella fechas, en 2019, cuando Jesús y Cristina recibieron el diagnóstico de su pequeña, tras una prueba genética que determinó que sufría una dolencia neurodegenerativa que afecta a su desarrollo cognitivo, le impide hablar y dificulta su movimiento. Un año más tarde, bajo La lucha de Abril, impulsaron una campaña de mecenazgo y ahora la UAB ya ha recibido más de 1.400 donaciones.
Dos años y medio en los que han conseguido recaudar 263.000 euros para que el equipo de Terapia Génica para el Sistema Nervioso Central de la UAB, que lideran Miguel Chillón y Assumpció Bosch, pudiese llevar a cabo la investigación.
La SPG52 es un trastorno genético progresivo, causado por una mutación en el gen AP4s1. El tratamiento que desarrollan ahora los investigadores consiste en introducir una copia funcional del citado gen en el interior de las células afectadas que sustituyan al mutado, mediante un vector adenoasociado (AAV). El objetivo es que este tratamiento permita detener la enfermedad o frenar su progresión.
Hasta ahora, han observado cómo avanza la enfermedad a lo largo del tiempo en los ratones, cuáles son los principales parámetros afectados y cuán similares son estos efectos con los que se han observado en los pacientes. Y también han producido los AAV, que han administrado en neuronas generadas en el laboratorio a partir de células madre de Abril y de su madre.
En la actualidad, están en plena fase de análisis de los efectos terapéuticos del tratamiento en los ratones modelos animales de la enfermedad que han generado. «Ahora hay que determinar el grado de corrección que tiene el tratamiento sobre los diferentes mecanismos moleculares, celulares, histológicos, conductuales y de memoria implicados en la enfermedad», explica Miguel Chillón. «Quedan todavía unos 15 meses de estudio, porque al ser una enfermedad crónica hay que confirmar que estos efectos se mantienen en el tiempo», añade. Una vez obtenidos los resultados, harán los ensayos de toxicidad y bioseguridad necesarios para solicitar la realización del ensayo clínico a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
El estudio, que coordina la UAB, es un trabajo en colaboración con otros investigadores de instituciones como el Idibell y el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol. En el primero, se han generado las células madre y la diferenciación en neuronas se ha llevado a cabo con la doctora Antonella Consigilio. En el segundo, los doctores Agustín Rodríguez-Palmero e Ignacio Blanco, especialistas clínicos en la SPG52 que atienden a Abril, tienen un papel clave en el ensayo clínico y el seguimiento de los pacientes.
Ensayos clínicos
El proyecto ha impulsado la creación de una red internacional de investigadores y asociaciones de pacientes potente y activa, que trabaja para avanzar lo más rápido posible en la aplicación de terapia génica a los cuatro tipos de SPG asociados a mutaciones del gen AP4. La colaboración ha favorecido también la identificación, hasta ahora, de 50 niños afectados de SPG52 en todo el mundo.
Además de la UAB, forman parte de la red el US Southwestern Medical Center de Dallas (con el doctor Steve Gray), el Boston Children's Hospital de la Harvard Medical School (doctor Darius Ebrahimi-Fakhari), de EE. UU., y la Universidad de Sheffield (doctor Mimoun Azzouz), del Reino Unido, así como la asociación norteamericana Cure AP4.
Todos los equipos internacionales trabajan con estrategias muy similares a la del equipo español y los dos norteamericanos encaran ya la fase de ensayos clínicos para la SPG 47 y la SPG 50. Los primeros resultados esperan obtenerlos durante el segundo semestre del año. «Si, tal como esperamos, son positivos, se podría acelerar la obtención del permiso para hacer los ensayos clínicos para la SPG52 en nuestro país», apunta Chillón.
Los investigadores han iniciado ahora un nuevo estudio en paralelo, que servirá para determinar si las novedades más recientes que han incorporado a los vectores para la SPG52 son significativamente más eficientes que los que se están usando en los ensayos norteamericanos. Los resultados esperan tenerlos durante la primera mitad del año próximo.
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