Big Mamma abre Gloria Osteria, embajada de la gastronomía italiana en Barcelona

No es el caso de Gloria Osteria, el primer restaurante que el grupo Big Mamma ha abierto en Barcelona y que es de colosales dimensiones. Inspirado en el icónico de Milán del grupo, Gloria Osteria se presenta como una celebración vintage, ya que apuesta por los años dorados del país transalpino (las décadas de los 70 y 80), donde el diseño, los sabores y la exclusividad se entrelazan. Al cruzar la gran puerta de cristal de la calle Enrique Granados, 86, donde los hermanos Iglesias y Messi abrieron el restaurante Buenavista del Jardín del Norte antes de la pandemia, dos plantas en un espacio de más de mil metros cuadrados con detalles inesperados cuidadosamente diseñados por Studio Kiki en una suerte de decoración de lujo barroco a la italiana.

Llaman la atención sus gigantescas chandeliers de cuatro metros hechas en Murano, lámparas que cuelgan de su gran sala con vistas al luminoso jardín interior, mármoles italianos, columnas con espejos, cuadros o esculturas de luz Vértigo del diseñador Jacopo Foggini que transporta al visitante a una Italia de lo más glamurosa y extravagante. Todo su personal es de procedencia italiana, excepto las dos chicas que reciben en la puerta. De modo que el restaurante se antoja una verdadera embajada de Italia en Barcelona.

El gigantismo domina en Gloria Osteria, no solo por su capacidad para 230 comensales, sino porque el local recibe cada día los productos frescos de sus más de 170 proveedores italianos que cada semana les hacen dos entregas de producto. Las verduras, las carnes y el pescado los compran en Barcelona, pero de Italia vienen desde mozzarellas y burratas directamente de la quesería La Murgia en Muggiò, elaboradas por la familia Plantamura según la tradición de Puglia, hasta el Prosciutto San Daniele D.O.P 24 meses del prosciuttificio artesanal La Glacere. En cuanto a los embutidos, colaboran con la Azienda Agricola Bettella. Los tomates datterini confit se disfrutan en una tarte tatin servida con una ligera crema de agrì de Valtorta. La croqueta se presenta en unas crujientes bolas rellenas de vitello tonnato con salsa tonnata y alcaparra frita. La lubina se transforma en un milhojas de patata con tartar de lubina marinado en pulpa de cangrejo.

En el restaurante se prepara la pasta casera cada día con un equipo de pastaioli capitaneado por la chef Elisa Consolo. Desde la receta más clásica, como los pici alla bolognese, acompañados de Parmigiano Reggiano, hasta los Tagliolini al Limone, con pez limón y huevos de trucha. También cuentan con una selección de carnes a la parrilla, para los más carnívoros: tagliata di manzo, t-bone, corona ibérica o un Tomahawk 1,2 kilos directo de La Finca.

Como no podía ser de otra forma, también cuentan con una selección de pizzas gourmet. Se puede escoger entre una Margherita típicamente napolitana con un giro extra, elaborada con búfala ahumada al tomillo y datterini confitados con ajo y aceite o también la Gloria Ibérica, con panceta ibérica y una base de bechamel al Parmigiano Reggiano de 36 meses. O la pizza con gamberi rossi e pistacchio, con un tartar de gambas rojas y un toque cítrico de limón.

Todo ello acompañado de una carta de vinos italianos orgánicos, que invita a descubrir más de 70 referencias, desde un robusto Chianti Classico Riserva 2022 de la Toscana, hasta los más exquisitos Barolos, como el Barolo D.O.C.G. Brunate 2017, uno de los más emblemáticos del Piamonte. Para los que buscan un toque extra, disponen de una selecta y divertida carta de cócteles y, para culminar, los postres caseros: un tiramisú al pistacho extra cremoso o una degustación de helados artesanales dispuestos en cabezas de pantera, leopardo y loro de lo más original. Y también disponen de 15 referencias de licores y amari italianos para el toque final perfecto de digestivos.

La empresa Big Mamma cumple este año una década, fundada por dos amigos franceses, Tigrane Seydoux y Victor Lugger, enamorados de la gastronomía italiana. Hace un año abieron en Italia, en Milán, un establecimiento al que llamaron Gloria Osteria, nombre en el que se han inspirado para Barcelona. El precio medio del restaurante barcelonés ronda los 35-40 euros y desde el 4 de abril, cuando abrieron, sus inmensos salones se llenan en los turnos de mediodía y cenas, por lo que es recomendable reservar.