la toga «noble»
Benet Salellas, de defender las libertades civiles a Santos Cerdán
El abogado, exdiputado de la CUP, consiguió la absolución de Tamara Carrasco y que Estrasburgo condenase a España por una pena de cárcel por quemar fotos del Rey
El juez manda a prisión a Santos Cerdán
Mandó a Artur Mas «a la papelera de la historia» la misma fecha que aseguró que se escribía la «última página del 'pujolismo'». Era enero de 2016 y entonces Benet Salellas (Gerona, 1977) era diputado de la CUP, aunque llevaba ejerciendo como abogado más ... de una década. Al poco de estrenarse, junto a su padre Sebastià, 'Tià', asumió la defensa del denominado comando Dixan en la Audiencia Nacional. Los acusaron de terrorismo y de poseer material para la fabricación de explosivos, cuando en realidad se trataba de jabón. Al progenitor se le apodaba cariñosamente como el letrado de los marginados, por su implicación con los colectivos más desfavorecidos. Su hijo tomó el relevo, centrando gran parte de su trayectoria en las libertades civiles y atesorando experiencia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. «Su padre era un excelente letrado. Benet es un luchador como él. Hace muchos años que se mueve en los juzgados y no tiene un pelo de tonto», apunta un 'colega' que precisa que Salellas «nunca ha engañado», en referencia a su -ahora ya extinta- militancia anticapitalista y su compromiso con la izquierda independentista. De la defensa de Tamara Carrasco, inicialmente acusada de terrorismo por difundir la convocatoria de una protesta a través de Whatsapp y finalmente absuelta, a una de sus victorias más relevantes, conseguir que Estrasburgo condenase a España por imponer penas de prisión por quemar fotos del Rey, al considerar que el acto que se enmarca en la libertad de expresión.
Abogado de Jordi Cuixart durante el juicio del 'procés', de Òmnium en las causas en contra de aplicar el 25% del castellano en la escuela catalana, cosecha el respeto y admiración de muchas otras togas. Un abogado, «en las antípodas ideológicas» de Salellas -pide precisar-, habitual defensor de las fuerzas y cuerpos de seguridad, destaca su buen hacer – «es muy buen» letrado- y su trato cordial. Otro penalista de referencia, también gerundense, Carles Monguilod, resalta su «gran nivel», tanto cuando lo ha tenido en el bando contrario -como en el crimen de Susqueda- o cuando han compartido estrategia de defensa. «Es noble y puedes confiar en él. No tendría ningún problema en que me defendiese a mí o a alguien de mi familia». Palabras mayores.
Que asumiese la defensa de Santos Cerdán sorprendió a muchos, y cosechó algunas críticas, sobre todo, del espectro ideológico por el que fue diputado entre 2015 y 2017. Al respecto, otro letrado reprocha que es «incompatible defender a las cloacas del PSOE cuando se es abogado querellante por el caso Pegasus», y censura que habiendo sido tan crítico con otros acusados por corrupción, ahora represente a un investigado por cohecho, organización criminal y tráfico de influencias. Lo cierto es que, como recuerdan la gran mayoría de sus compañeros de profesión, los abogados tienen clientes de todo pelaje. A veces acusan y otras defienden.
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