El 60% de usuarios de patinete eléctrico incumplen el código de circulación

Son los datos recogidos por el Segundo Barómetro de Vehículos de Mobilidad Personal (VMP) presentado este martes por el Real Automóvil Club de Cataluña (RACC). Para obtenerlos se han observado más de 4.500 vehículos VMP y se han realizado 800 encuestas a quienes lo utilizan regularmente. Algunos de los titulares más significativos que se han extraído son que el 60% de los usuarios admiten que circula más rápido de la velocidad permitida, el 75% reconocen haber usado eventualmente la acera para desplazarse, el 32% declaran no conocer del todo bien la normativa, y el 16% aseguran circular con el vehículo trucado para alcanzar una mayor velocidad.

Los beneficios que aporta el patinete eléctrico son evidentes. Es asequible y económico. No requiere ninguna capacidad física y resulta ideal para los desplazamientos urbanos. Según el RACC, los jóvenes son los máximos usuarios. De hecho, el 76% de los encuestados tienen entre 16 y 35 años. El uso mayoritario que le dan es para trabajar y estudiar, pero cada vez son más los que lo emplean para toda clase de desplazamientos. Dadas sus características, los VMP se utilizan principalmente para trayectos de corta distancia, sobretodo dentro de la ciudad. La encuesta concluye que el 73% de los desplazamientos son inferiores a 5 kilómetros y una tercera parte duran menos de diez minutos.

Entre los principales motivos para empezar a utilizar VMP destacan la velocidad y autonomía que proporcionan. Quienes lo adquieren como substituto de coche o moto destacan el ahorro que les brinda. En Barcelona y sus accesos la mayoría de patinadores realizan más de dos viajes al día en este medio. El 37% de los desplazamientos son por motivos de movilidad no obligatoria. Es decir, no son por trabajo ni estudios, sino por tiempo libre, compras etc.

Los expertos coinciden en que al patinete le queda un largo camino para adaptarse cien por cien a las ciudades. La encuesta del RACC demuestra que algunos aspectos como la intermodalidad suponen todavía un desafío. El 60% de los usuarios no lo alternan con otro tipo de transportes como el metro o el autobús. De hecho, el 17% afirma haber tenido algún problema por intentar cargarlo en uno de estos lugares.

No solo el transporte público es el que no está preparado. Los resultados del barómetro demuestran que la mayoría de usuarios no están satisfechos con la red de carriles bici disponible ni con su diseño. El 86 % valoran negativamente la convivencia con el resto de usuarios mientras que prácticamente nueve de cada diez no están de acuerdo con la prohibición de circular por la calzada, como si pueden hacerlo vehículos no motorizados como las bicicletas.

Si a la juventud de los usuarios añadimos otros factores como que el 32% no conocen el código de circulación o son conductores noveles, encontramos una posible explicación a la alta siniestralidad de estos vehículos. De hecho, el 75% de los patinadores admite no usar la luz por la noche y el 66% ni siquiera utiliza casco.

La mayoría de las soluciones que propone el RACC pasan por impulsar la educación viaria en los colegios, con especial énfasis en la correcta circulación con VMP en mayores de 16 años. También creen imprescindible que el seguro de responsabilidad civil pase a ser obligatorio y que cada patinete vaya identificado con algo parecido a una matrícula.

Al término de la presentación, el presidente del RACC, Josep Mateu, ha insistido en la necesidad de promover el patinete compartido como servicio público en el Área Metropolitana de Barcelona. Esto serviría además para generar y aprovechar datos que podrían usarse en futuros barómetros. Lo que sin duda ayudaría a analizar mejor este campo e incrementar la seguridad en el futuro.