Más de la mitad de los barceloneses suspende la gestión municipal de Ada Colau

De hecho, el barómetro constata que los barceloneses ven peor la gestión municipal que la autonómica o la estatal, que consiguen valoraciones algo menos negativas. El concejal Jordi Martí, que ha comparecido para explicar los datos, ha considerado que esta percepción negativa tiene que ver con «contexto muy generalizado de inestabilidad» que ha generado una sensación de inseguridad vital en el conjunto de ciudadanos. Hace medio año, la situación ya era difícil para el gobierno de Colau, ya que el 47,1 por ciento de los encuestados suspendían la acción de gobierno. Ahora, el 35 por ciento de los barceloneses ven buena o muy buena la gestión municipal, cuatro puntos menos que en el anterior barómetro.

Por otro lado, el 66,4 por ciento de los encuestados creen que la imagen de Barcelona ha empeorado en el último medio año, frente a un 20 por ciento que considera que ha mejorado. Además, pensando ya en un futuro, el 53,6 por ciento piensan que la ciudad irá a mejor mientras que un 33,5 por ciento cree que la ciudad irá a peor. A diferencia de otras ocasiones, y por proximidad con el periodo electoral, no se pregunta sobre intención de voto ni agrado con los actuales líderes municipales, una pregunta que hace seis meses ya castigó a la alcaldesa con un nuevo suspenso.

En cuanto a problemáticas, los barceloneses siguen situando a la inseguridad como principal problema, señalada por el 24,8 por ciento de los encuestados en primer lugar. Esta cuestión, que con toda seguridad será uno de los grandes ejes de la próxima campaña electoral, crece 2,8 puntos respecto a la anterior encuesta. En segundo lugar, aparece la limpieza, que también gana peso como problema de la ciudad, y le sigue el acceso a la vivienda, otro de los aspectos que la oposición usará para criticar la acción de Colau, ya que llegó a la alcaldía tratando de combatir este tipo de problemas.

Curiosamente, el cuarto principal problema, según el último barómetro, es la gestión política municipal. Este hecho choca porque habitualmente los primeros puestos de este ranking lo ocupaban cuestiones más tangibles, como el tráfico, los efectos del turismo o también el paro y las dificultades económicas.

Martí ha destacado que los resultados reflejan la actual «dicotomía» que se vive entre la percepción de los barceloneses y los datos objetivos que, según ha defendido, muestran una tendencia positiva en cuestiones como la economía, la inseguridad y el PIB. Por ejemplo, ha argumentado que la inseguridad en la ciudad ha mejorado, a pesar de la percepción.

Por este motivo, Martí ha considerado que los resultados «plantean un reto importante que es conseguir generar y transmitir esta seguridad y confianza que los datos trasladan».

La oposición ha salido en tromba a comentar las conclusiones del último barómetro. Desde Junts entienden que estos resultados "anticipan el cambio del año que viene" y su presidenta local, Neus Munté, ha reiterado que el aumento de los porcentajes en inseguridad, limpieza y movilidad como principales problemas locales «certifican el fracaso de comunes y socialistas y la decadencia de una manera de hacer ciudad».

«Comunes y PSC se entestan a negar la evidencia: la mayoría de barceloneses son críticos con su gestión», ha aseverado el líder de ERC, Ernest Maragall, que avisa de que es la «hora de cambiar» porque el gobierno actual «no ofrece ni presente ni futuro».

Para la concejal de Cs Júlia Barea las cifras confirman que el actual gobierno «es un fracaso» y destacado que «urge un cambio en 2023 para revertir la degradación actual de nuestra ciudad». Desde el PP recuerdan que Ada Colau será recordada como la alcaldesa que dejó «una Barcelona insegura y desordenada» y critican, además, que el barómetro municipal «fragmenta los problemas de movilidad para esconder el fracaso del urbanismo táctico».

«Quedan cinco meses para terminar este mandato y empezar a reconstruir Barcelona», ha añadido Eva Parera, la líder de Valents, que recuerda que «Barcelona, con Colau y Collboni al frente, se ha vuelto una ciudad insegura, sucia y caótica».