La Audiencia de Barcelona archiva el caso de Kira López al concluir que no existió acoso escolar
La menor de 15 años se quitó la vida en mayo de 2021. Sus padres denuncian que fue víctima de 'bullying'
Un año desde el suicidio de Kira: «Nuestra lucha es intentar que no vuelva a ocurrir»
«¿Cómo te vas a imaginar que tu hijo se va a suicidar, si lo tiene todo y lo quieres más que a nada en el mundo?»
Barcelona
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Iniciar sesiónNuevo varapalo para los padres de Kira López, la menor que se suicidó en mayo de 2021, víctima de acoso escolar. La Audiencia de Barcelona ha archivado la investigación contra el colegio de una congregación religiosa en Sant Andreu, al considerar que ... no existen indicios de que sufriese 'bullying' en la escuela por aquellas fechas. En el auto, consultado por ABC, el tribunal sostiene que no queda justifica la perpetración del delito.
Fueron José Manuel y María José quienes recurrieron la decisión del Juzgado de Instrucción 31 de Barcelona, que el pasado octubre archivó el procedimiento al concluir que no se podía demostrar la existencia de acoso contra su hija de 15 años. Apuntaron que, ante los problemas de la niña, pidieron al centro que adoptase medidas, como darle apoyo psicológico o cambiarla de clase. Explicaron que Kira sufría burlas por parte de sus compañeros, que afectaban a su estado de ánimo.
También que tenía planes de futuro, ya que estaba ilusionada por una excursión escolar -para la que incluso había comprado ropa que pensaba estrenar-, pero el día antes de quitarse la vida, sus padres la notaron preocupada. El mensaje en la intranet del centro que uno de los alumnos le remitió, con el texto: «muere, muerte», una vez fallecida, supone para sus progenitores una prueba del acoso al que estaba sometida.
Los padres consideran que pudo existir un delito de inducción al suicidio y otro de acoso escolar, cometido por sus compañeros y profesores. También el Ayuntamiento de Barcelona, personado en la causa, apuntó que no se había agotado la investigación, que los informes de los Mossos d'Esquadra sobre el móvil de Kira eran insuficientes, y que tampoco se obtuvo la geolocalización de su reloj, que desapareció el día de su muerte. En cambio, la Fiscalía solicitó el sobreseimiento de la causa.
Decisión que finalmente ha adoptado la Audiencia. En su resolución, la sección tercera sostiene que la investigación, que ha durado 18 meses, ha sido «exhaustiva», con informes policiales y educativos, que no han podido determinar ni la inacción del centro, ni tampoco la intervención de alguna persona en el suicidio de la menor.
Sobre el mensaje que enviaron a Kira tras su muerte, las magistradas indican que no puede vincularse a ésta porque fue posterior. Cuando fue interrogado, el joven que lo envió aseguró que lo hizo por su mala relación con el padre de la niña y que adjuntó una copia por error al correo de ella. La ausencia de otros mensajes, apunta la resolución, da al menor «visos de credibilidad».
Además, el tribunal rechaza tomar declaración a los tutores de la joven, como solicitaron sus padres, ni tampoco a una de sus profesoras en 3ª de ESO, cuando sufrió un episodio de acoso. «Ese episodio no puede vincularse al suicidio», reza el auto, que subraya que no «existen indicios de que sufriera acoso» antes de quitarse la vida.
No existe «acoso imputable»
Las magistradas también indican que aunque dicho acoso se hubiera producido, la competencia sería de la jurisdicción juvenil, dada la edad de los compañeros de clase de Kira. No se ha dirigido el procedimiento contra ellos en ningún momento y, además, dichos hechos estarían prescritos. «De las declaraciones de sus amigas y otros compañeros no pueden extraerse conclusiones de la existencia de un acoso con relevancia típica», apuntan.
Todos, excepto una, negaron la existencia de 'bullying' hacia Kira. Esta compañera sí detalló como se burlaban de ella por su forma de hablar en inglés, su tono de voz, o su maquillaje. Para el tribunal, «nada que pueda conformar una conducta sistemática de acoso imputable a una o más personas», por eso sostienen «no cabe tampoco hablar de una omisión por parte de la tutora o de algún responsable del centro educativo».
Las magistradas indican así que «la adolescencia es un momento crítico para muchos jóvenes y que las bromas, palabras hirientes o el uso de redes sociales para la mofa de compañero, forman parte de su día a día». Pese a ello, señalan que «existe margen de mejora» en los protocolos del centro escolar, tal y como se desprende del informe del Síndic de Greuges.
«El suicidio de una joven de 15 años es devastador para los progenitores y todos aquellos que la conocieron y la querían. Sin embargo, el ámbito penal no es el espacio oportuno para la búsqueda de consuelo o respuestas si, tras una extensa y minuciosa investigación, no se ha podido vincular la muerte de la joven con ninguna acción u omisión atribuible a una persona».
Tras el archivo, los padres de Kira recurrirán a la vía civil.
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