El verano taurino catalán

Y eso exactamente es lo que ocurre en muchas localidades catalanas que se entregan durante los meses de verano a sus fiestas patronales, que no entienden sin la presencia y el protagonismo del toro.

En los últimos días, han saltado a los medios unas declaraciones de un concejal de Masdenverge, el pequeño pueblo de la comarca de Montsiá que la pasada semana ha celebrado sus fiestas. El edil de Junts, Guillem Carles, ha manifestado su pasión por los toros. Desde niño, y no sólo a título personal sino colectiva. «Que no nos roben nuestra identidad». Lo que contrasta con el argumentario de su partido y de otras formaciones independentistas, que reniegan de la Fiesta, no por el toro, por ser calificada como española, aunque por estos pueblos ya se ocupan de no pisar callos.

Los toros en las Tierras del Ebro no son importados, la tradición es catalana al cien por cien, y catalanes quienes la defienden, de un partido y otro. En esos pueblos no existe el «de momento, no», que en Barcelona aplica la empresa propietaria de la Monumental para mantenerla cerrada. Allí no hay condicionantes políticos, económicos ni sociales ante un nuevo, caliente y apasionante, verano taurino.