Los martes, toros
La Mercè lejos de la Monumental
Serafín Marín volverá a Madrid el próximo 24 de septiembre para torear una corrida concurso de ganaderías, el día de la patrona de Barcelona
Artículos de Ángel González Abad en ABC
Serafín Marín, a las puertas de la Monumental barcelonesa, en una imagen tomada el año 2016
Desde la Feria de la Mercè de 2011 no hay toros en Barcelona. La Monumental vacía, ahora ya por decisión empresarial, aunque no por eso se borra el compromiso de una resistencia que se mantiene viva e ilusionada por el futuro. Si alguien ha ... luchado por la Fiesta en Cataluña, jugándose a todo o nada hasta su propia carrera profesional, ese ha sido el diestro de Montcada Serafín Marín.
Fue el paladín en la batalla por los toros. Sufrió como pocos el proceso de la prohibición y hubo momentos en los que las puertas abiertas a base de capote, muleta y espada, se fueron cerrando. Su nombre fue cayendo en el olvido para quienes antes no dudaron en utilizarlo. El pasado verano se celebraron los veinte años de su alternativa en el coso barcelonés. Después vivió los años más dulces, los triunfos, las grandes ferias, el reconocimiento de la afición de la primera plaza del mundo por su toreo al natural.
La verdad siempre por delante y en esa verdad el volver a empezar de nuevo, como si todo lo hecho en los ruedos no hubiera existido. La crudeza de las temporadas sin contratos y la fe en que todo podía cambiar. Ha toreado en los últimos meses en cosos modestos, pero siempre dando un paso hacia adelante, y todas esas tardes de triunfos reverdecidos le han hecho firmar su vuelta a la plaza madrileña de Las Ventas. La noticia ha llegado en estos días: Serafín Marín volverá a Madrid el próximo 24 de septiembre para torear una corrida concurso de ganaderías, ocho años después de su última comparecencia en el San Isidro de 2015.
Un 24 de septiembre, el día de la Mercè, la patrona de Barcelona. Una casualidad que tiene en sí mismo toda una serie de confluencias sobre las que el propio Serafín Marín y los aficionados son perfectamente conscientes. La ilusión del torero, y de los muchos que lo han alentado siempre, está puesta en ese día de la Mercè, aunque sea lejos de la Monumental.