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Andreu y Xot, un binomio de seis patas para buscar desaparecidos

La clave, más allá del olfato, es que el guía logre interpretar las señales del animal. Así, este bombero y su perro han localizado a decenas de personas, no siempre con vida

Un año desaparecida: «No hay nada que lleve hasta Mónica»

Andreu y Xot, durante una guardia en el parque de bomberos de Vic (Barcelona) ADRIÁN QUIROGA
Elena Burés

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Un anciano desaparece de un geriátrico. Los trabajadores lo buscan por las instalaciones pero son incapaces de encontrarlo. Alertan entonces a los Mossos d'Esquadra que, a su vez, activan a los bomberos. Hasta allí llega Andreu Morera con Xot, su labrador negro, ... de 8 años. El perro decide entrar en la residencia, ante la estupefacción de su guía, que piensa que algún estímulo –«comida»– ha podido distraerlo. La labor del can de rastreo es aportar información y el guía, en un inicio, no capta las señales del animal. «Había una sola salida, y yo esperaba que marcase izquierda o derecha, pero se paró en el patio trasero, junto a una valla. El hombre se había enterrado y llegamos justo a tiempo, llevaba ya cuatro o cinco horas allí», recuerda.

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