El PP podrá recuperar con el apoyo de Vox la estratégica alcaldía de Valencia

En el consistorio valenciano se sientan 33 concejales. La mayoría absoluta se sitúa por tanto en 17 actas. Català lograría el bastón de mando de la mano de Vox, que entraría con 3-4 concejales al lograr el 10% de los votos. La derecha suma 17-18. Aunque Català gana con claridad las elecciones, la suma es mucho más ajustada porque ninguna de las fuerzas del bipartito de gobierno se desploma. Sí sufre desgaste el alcalde, Joan Ribò: pierde cuatro puntos; del 27,4% al 23,4%. Pero eso solo se traduce en concejales en un descenso de los 10 actuales a entre 8 y 9 ediles.

La candidata de los socialistas valencianos, Sandra Gómez, que ha sido la número dos del Ayuntamiento en los mandatos de Ribò, desciende medio punto en voto, se queda en 18,7%, pero mantiene sus 7 concejales. En la actualidad los dos partidos de la izquierda suman justo los 17 concejales de la mayoría absoluta y el sondeo les atribuye ahora entre 15 y 16.

Ante las pocas perspectivas de cambio en Madrid, ostentando ya Zaragoza y sin opciones en Barcelona, Valencia es para el PP una de las piezas más preciadas. Junto con Sevilla es la plaza municipal en la que un cambio de gobierno más daño infringiría a la izquierda. El PSOE ha alimentado durante meses las opciones de su candidata de superar al actual alcalde dentro del bloque de izquierdas. Pero este sondeo sigue situando al actual regidor casi cinco puntos por encima de su número dos en el consistorio.

Valencia ha sido plaza estratégica desde hace meses para los dos grandes partidos. Pedro Sánchez celebra un nuevo acto hoy y el PP pretende dar un golpe de efecto mañana llenando la plaza de toros de Valencia en su mitin central. Al contrario que en el panorama autonómico, donde todo parece más disputado, en la capital los cálculos de las dos formaciones siempre han reconocido el favoritismo de Català de cara a hacerse con la Alcaldía.

El escenario todavía puede dar algún vuelco. Aunque la matriz de transferencia de voto apunta a que lo más previsible sería la consolidación de la derecha. Un 23% de los votantes de CS siguen indecisos. Hasta la fecha el PP ha atraído al 37% y Vox, al 14%. Ni PSOE ni Compromís logran atraer votantes naranjas. Con lo que si ese flujo va en la misma dirección que hasta ahora, reforzará la posición de la derecha.

El PP tiene a un 12% del electorado indeciso. Mientras que los votantes de Vox ya están activados: un 79% repite voto y un 21% se marcha al PP, que junto con el grueso de CS y el 75% de sus votantes de 2019 permiten a Català cimentar su ventaja. Valencia es ahora mismo una ciudad muy fragmentada políticamente. El cambio político se sustentaría en la reorganización de la derecha en dos partidos y en un descenso del actual bloque de gobierno. Pero no en un desplome de los actuales gestores. Los valencianos valoran la gestión del municipio (el 37,5% la ve buena) por delante de la de la Generalitat Valenciana y muy por encima de la del Gobierno de España. El balance está muy dividido.