El Mercado de Abastos del Casco recuperará su cubierta original tras la reforma integral

El concejal de Fondos Europeos, Francisco Rueda, explica a ABC que la concesión de estas ayudas procedentes de los fondos Next GenerationEU de la Unión Europea que van a permitir la sustitución del sistema de climatización, renovación de la iluminación, arreglo de las cubiertas, mejora de la accesibilidad y sustitución de la red de saneamiento, entre otras intervenciones. Así, una de las novedades de la reforma será la recuperación de la cubierta metálica que ahora está prácticamente oculta desde el interior debido a la instalación de una estructura triangular que soporta los conductos de climatización, las luminarias lineales, los ventiladores y el cableado.

Según Rueda, la actuación de mejora de la eficiencia energética permitirá recuperar el Mercado de Abastos para situarlo a la altura de «su valor histórico y patrimonial del edificio», para mejorar sus instalaciones, dar servicio a los vecinos y atraer más puestos y clientes en una zona que se va convertir, junto con el proyecto del Corral de Don Diego y su conexión con la cuesta de la Mona, en «el distrito de la creación artística», junto con el proyecto del 'Centro de Formación de la Artesanía' que según se anunció recientemente se levantará a pocos metros, en Abdón de Paz.

El concejal confía en aprobar el proyecto antes de final de año para que las obras puedan comenzar en 2023, en colaboración con la empresa que gestiona el supermercado y los titulares de los siete puestos que aún siguen en pie, para que se pueda compaginar el servicio que prestan con la reforma y no perjudicar a sus intereses.

Así, según el Plan de Acción Local de la Agenda Urbana de Toledo, las principales actuaciones que se pretenden realizar van encaminadas a la reducción del consumo energético que «en la actualidad resulta desproporcionado teniendo en cuenta la superficie del edificio sobre el que se actúa».

Las actuaciones propuestas son las siguientes: La mejora en los sistemas de climatización, tanto en nuevos equipos mucho más eficientes que cumplan a su vez con las exigencias de renovación de aire interior, como en la distribución de conductos más acertada.

Las actuaciones sobre la envolvente se concretarán en la instalación de aislamiento térmico en cubiertas, se renovarán las ventanas y lucernarios de todo el edificio que resultan enormemente ineficientes desde el punto de vista energético, así como las puertas de acceso a la zona comercial. Se actuará a su vez sobre paramentos en la planta semisótano aumentando su aislamiento y bajo el forjado de planta baja en la zona inferior que se encuentra abierta al ambiente exterior. Se considera la instalación de un sistema de domótica que permita la regulación de apertura de las ventanas superiores en función de la climatología exterior con el consiguiente ahorro en el consumo y emisiones de la instalación térmica en los meses que pueda aprovecharse la ventilación natural.

Todo ello supondrá una reducción del consumo de energía primaria no renovable muy significativa, según se muestra en las certificaciones energéticas que se presentan.

La renovación de los sistemas de iluminación por unos más eficientes también contribuirá de manera significativa a cumplir el objetivo de reducción del consumo y por tanto de las emisiones de CO2, unas actuaciones que permitirán, a su vez, poner en valor la cubierta de principios del siglo XX.

Este proyecto ha sido objeto de un proceso de participación en el que se incluyen tanto un comité de expertos formado por técnicos municipales como los siguientes actores sociales: Asociación de Comerciantes del Casco Histórico Distrito 1 y Coordinadora de Asociación de Vecinos del Casco Histórico de Toledo.

El historiador toledano Rafael del Cerro Malagón, colaborador de ABC, en un publicación titulada «Arquitectura para el abasto. Mercados y mataderos en Toledo en el siglo XIX» repaso la historia de este edificio , cuya construcción no fue un camino de rosas, ya que, según cuenta Toledo careció de un espacio comercial durante 23 años, entre 1892 y 1915; fue una construcción, según cuenta, «accidentada», pues pasó por distintas manos y fases hasta su inauguración.