ZBE: Zonas con 'baja evolución'

La evolución de los proyectos en las distintas ciudades obligadas a implantar las ZBE es dispar. En concreto, deben incorporarse al entramado urbano de las capitales de provincia, a excepción de Soria, y la ciudad de Ponferrada. Su desarrollo no está siendo ajeno a la polémica y el acuerdo se ha antojado complicado entre los distintos grupos municipales en torno a estos proyectos. De hecho, se dan casos en los que han sido modificados tras el cambio de color en los ayuntamientos que provocaron las elecciones del pasado año. Así, hay urbes en las que simplemente se han aprobado y definido pero no están activas, otras en las que el proyecto sigue en el aire y algunas que están inmersas en obras para dar forma a esas Zonas de Bajas Emisiones. Sobre el asfalto dos modelos: el de que con pocos cambios en su trazado delimita un área en la que restringir el tráfico y el que apuesta por reordenar espacios dando más peso al peatón y evitando en la práctica el tránsito de coches contaminantes porque no hay carretera por la que rodar sino aceras por las que caminar, lo cual ha generado polémica en torno a si eso es suficiente para cumplir con el mandato o puede poner en riesgo los fondos europeos que cubren la implantación de las Zonas de Bajas Emisiones.

En la capital amurallada los «niveles de contaminación son buenos y muy por debajo» de los límites oficiales establecidos, destaca el proyecto en fase de tramitación de la ordenanza que regula la Zona de Bajas Emisiones, cuya puesta en marcha se prevé para 1 de enero de 2025. Contempla la mejora del firme de la calzada, la priorización de tránsito peatonal, limitaciones de velocidad y regulación del estacionamiento, además de las limitaciones de acceso. Si el vehículo no se encuentra entre los supuestos en los que se permite circular podrá entrar sólo 25 veces al año o en horario de 20.00 a 07.00 horas. El área delimitada abarca 48 hectáreas y afectará a toda la zona intramuros.

A finales de abril se aprobó en pleno con el rechazo de la oposición el anteproyecto de la ordenanza que regirá 'Burgos central'. La propuesta del nuevo equipo de Gobierno de PP y Vox -que pasará ahora el trámite de información pública- reduce a menos de una cuarta parte la que había diseñado el PSOE durante la anterior legislatura. El área -buena parte peatonal- quedará delimitada al norte por Francisco Salina, al este por San Lesmes, al sur por la calle Miranda y al oeste por el paseo de los Cubos. Se trabaja con la idea de que eche a andar en enero de 2025, pero habrá una moratoria de seis meses para las sanciones.

El Ayuntamiento de León no tiene previsto realizar restricciones de circulación, sino que el objetivo -más que delimitar un área sin tráfico autorizado- es establecer «zonas de calmado de tráfico» y apostar por las vías peatonales en el casco histórico, dando más espacio a los viandantes y a los medios de transporte sostenibles frente a otras opciones más contaminantes, explican desde el consistorio. Así, se contemplan obras para la conversión de calles de tráfico rodado a peatonales, nuevas zonas de aparcamiento y una apuesta por la movilidad sostenible con un sistema de préstamo de bicicletas y la ampliación de los carriles, además del rodaje de autobuses de cero emisiones.

La ciudad comenzará a finales de mayo a dar los primeros pasos para la creación de su Zona de Bajas Emisiones, según explican desde el Ayuntamiento, con el inicio de obras de semipeatonalización de varias calles, que se prolongarán siete meses. Se proyecta un modelo en cierta sintonía con el de León -ambos de signo socialista- en el que se aboga por la regeneración del centro recuperando zonas y apostando por abrir hueco para ir a pie, además de renaturalizar algunos espacios, la reducción de calzadas a un solo carril o la eliminación de aparcamientos.

Es una de las ciudades en las que más polémica ha generado la ZBE. Como también ha ocurrido en otros consistorios, con el cambio de color político el planteamiento se alteró, pero, a diferencia de otros, en Ponferrada el Gobierno es en minoría y necesita convencer a la oposición. La iniciativa del PP aboga por limitaciones en días puntuales de alta contaminación y el régimen sancionador no se plantea hasta 2027. El PSOE había pedido que las multas comenzaran a ponerse el 1 de enero de 2026 y reducir los umbrales de contaminación. No se aceptaron sus enmiendas y votaron en contra -al igual que Vox-. Está en el aire cómo dar solución al mandato de implantar esas zonas, y desde el Ayuntamiento han advertido de que si no hay acuerdo deberá aplicarse la normativa europea, más restrictiva y como si tuviera la capital del bierzo la misma contaminación que Madrid.

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La capital del Tormes cuenta con una ordenanza aprobada que entró en vigor este 1 de junio. Sin embargo, no se aplicarán restricciones hasta 2029. El planteamiento es progresivo hasta que en 2030 sólo puedan acceder al área delimitada vehículos autorizados. El cambio mas inminente se refiere a la parte peatonal de la Zona Monumental, cuyos accesos comenzarán a controlarse desde este mes de junio por lectores de matrícula, el método que en los próximos cinco años y medio años se extenderá al resto de la ciudad. En esta primera prueba piloto se dan seis meses de margen antes de empezar a sancionar.

En la capital del Acueducto el proyecto de la ordenanza de ZBE acaba de concluir su periodo de exposición pública. La meta es que comience a funcionar en enero de 2025, con una moratoria de un año antes de imponer multas. Al igual que en otras ciudades, la implantación será gradual a lo largo de un lustro en el que se desplegarán los sistemas de lectura de matrícula para controlar la entrada y salida de vehículos al área bajo restricciones, que se acota al recinto amurallado.

Fue uno de los primeros anuncios que hacía Jesús Julio Carnero como alcalde de Valladolid: modificar la ordenanza de movilidad de su predecesor y actual ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente. El nuevo planteamiento redujo a una tercera parte la zona de bajas emisiones anterior, el mínimo para el «cumplimiento estrictamente de la ley» y con la oposición frontal del PSOE, que advirtió del «riesgo de perder fondos europeos». La ZBE -en proceso de tramitación tras la fase de alegaciones- tendrá una extensión de 1,1 kilómetros y como complemento se apuesta por mejorar los tránsitos peatonales y los aparcamientos disuasorios. La previsión es que el 1 de enero de 2025 arranquen de forma progresiva las restricciones hasta 2030. Las sanciones no se esperan antes de 2026.

Falta por cerrar los últimos matices al estudio que servirá de base para la ordenanza de movilidad en la que se dará forma a una zona baja de emisiones. Desde el Ayuntamiento dan ya algunas perfiladas de la misma, como que se desarrollará en tres fases hasta 2030; que no se exigirá ningún cambio de vehículo a los residentes, y la apuesta por ganar espacio al peatón en el centro, un planteamiento en el que ya se lleva trabajando años y que se complementará con aparcamientos subterráneos y disuasorios para que se estacione a quince minutos del centro.

Aunque no está obligada -por población- a implantar una zona de bajas emisiones promoverá su puesta en marcha para regular el tránsito de vehículos pesados. La ciudad busca ser neutra en emisiones e invertirá en dos años veinte millones de euros en zonas verdes y en favorecer la movilidad del peatón y del transito de bicicletas.