Moverse «con poco»: la vuelta al mundo sostenible del salmantino Adrián Lafuente
El viaje que comparte con su amigo Tommaso Farina va a la 'caza' de iniciativas ecológicas. No han faltado las críticas. «Mi familia me apoya, pero muchos me ven como a un chalado»
La primera vuelta al mundo desde la perspectiva del siglo XXI y la exploración espacial
Adrián Lafuente y Tommaso Farina, con sus mochilas de viaje
Adrián Lafuente y Tommaso Farina se conocieron cuando ambos estudiaban un máster sobre negocios y sostenibilidad en Rotterdam (Países Bajos). De su amistad nació Proyecto Kune -que significa 'juntos' en esperanto-; la idea de dar una vuelta al mundo. Lejos de emprender ... una carrera contrarreloj, estos veinteañeros pretenden demostrar que es posible otra forma de vivir y de viajar. De hecho, calculan que podrían tardar casi dos años. El rasgo ineludible de su odisea es la sostenibilidad: no se trata sólo de vigilar su impacto medioambiental, explican, sino también de ir a la 'caza' de iniciativas respetuosas con el entorno, «disfrutar del momento», moverse «lentamente» y de forma colaborativa o «viajar con poco».
Adrián lo cuenta en un alto en el camino, recién comenzado. Salieron el pasado 5 de junio: él hizo autoestop desde su pueblo, La Alberca, en Salamanca, y en Barcelona tomó un autobús hasta Padua (Italia). Allí se encontró con Tommaso, que llegó también a dedo desde su localidad natal, Scanno. Han pasado unos días entre papeles y reuniones en torno a temas como agricultura vertical, ya que han decidido formalizar una asociación y pararse a hablar con compañías y patrocinadores.
«Para nosotros es interesante conocer conceptos sobre sostenibilidad que existen en muchos lugares del mundo y que queremos compartir», refiere el salmantino. Habla de «cambiar mentalidades», buscar el beneficio mutuo y crear una red en la que todos «ganen algo». En Instagram ya 'retransmiten' parte de la experiencia, esforzándose en redes para los que quieran seguir sus pasos.
Lejos de emprender una carrera contrarreloj, estos veinteañeros pretenden demostrar que es posible otra forma de vivir y de viajar
Su hoja de ruta plantea recorrer Europa, América Central y del Sur o el Sudeste Asiático para dirigirse luego a Oriente Medio y terminar en el continente africano, o en Europa del Este, si no les da el presupuesto. Para ello, transporte público por tierra, autoestop y, llegado el momento, barcos a vela.
No han faltado las críticas. «Mi familia me apoya, pero muchos me ven como a un chalado», sonríe el salmantino, que matiza que «tampoco quiere decir que si no viajas hayas malgastado tu vida». Al final, tratan de «cumplir un sueño». «Tengo la suerte de haber viajado mucho, pero también he sido un 'bicho raro' porque nunca he vivido muchos años en el mismo lugar y eso me creó cierta crisis de identidad», confiesa. Por eso, hizo de La Alberca su «punto de referencia», se siente orgulloso de él y -como 'Tomo' con Scanno- aspira a «llevar su nombre por el mundo». «Elegí 'ser' de allí porque es el lugar en el que me siento en casa, en el que tengo familia y muchos amigos», añade. Simbólicamente, lleva con él una estampa de la Virgen de la Peña de Francia que le regalaron y le recuerda a su hogar.
¿Su mayor preocupación en este viaje? «La travesía en barco», concreta. Sería para ambos su primer viaje trasatlántico por mar. No temen esa novedad -que también abordó en su propia vuelta al mundo Nellie Bly, la reportera que batió el récord del literario Phileas Fogg- sino la idea de que su embarcación sea a vela. Bly se rio de su propio mareo y atravesó el océano. Adrián y Tommaso planean hacerlo con un puntito 'Greta Thunberg en catamarán', pero con voz propia y sin dejarse vencer por las incertidumbres de la aventura.