El verano arranca con los embalses en su máximo de los últimos doce años
Las abundantes precipitaciones de la primavera y las reservas previas elevan el nivel al 88,7%, con 6.736 hectómetros cúbicos almacenados
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Valladolid
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Iniciar sesiónUna primavera lluviosa en la que ha sido complicado dejar varios días seguidos el paraguas en casa, tras un invierno también generoso en agua, sin olvidar las reservas acumuladas, hacen que los embalses afronten el verano, la época de mayor demanda, con las reservas 'saciadas'. ... A casi el 89 por ciento de su capacidad están los de la Cuenca del Duero –la que cubre la mayor parte de Castilla y León, donde también se adentran la del Ebro, Tajo y Miño Sil–. En cifras absolutas, almacenan 6.746 hectómetros cúbicos, y eso que en la última semana, con la campaña de riego ya en marcha, precipitaciones más escasas y dispersas en forma de tormenta y el calor que tira de evaporación, han restado reservas.
Los datos mejoran incluso los del año previo, cuando julio tomaba el relevo de junio con el promedio de los vasos llenos al 88,4 por ciento, con 6.715 hectómetros guardados. De hecho, la de este año es la cifra más elevada de los últimos doce. Hay que echar la vista a 2013 para encontrar un registro mejor. Entonces el verano entraba de lleno con los embalses del Duero al 90,1 por ciento de su capacidad, con 6.762 hectómetros cúbicos, según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, de quien dependen las confederaciones hidrográficas.
Y en los últimos veinte años, únicamente hay tres años que superan al valor actual. Además de ese 2013, también en 2010 y 2007 estos vasos estaban todavía más llenos que ahora. En 2010 guardaban 6.850 hectómetros cúbicos de agua; y en 2007 tenían 6.757. Son los mejores datos en una estadística que refleja que ha habido estíos que arrancaban ya con sed. De hecho, en 2022 estaban más de un 42 por ciento por debajo que en la actualidad. Entre los dieciocho de gestión pública de titularidad de la CHD (Confederación Hidrográfica del Duero) y los privados, en genera destinados a la producción hidroeléctrica, no llegaban a sumar 3.900 hectómetros cúbicos de agua. Se encontraban a poco más de la mitad de sus capacidad y con todo el verano por delante.
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Peor 'cara' presentaban incluso en 2017, el de las cifras más bajas a estas alturas del año de los dos últimos decenios. Entonces, con la tierra cuarteada por la sequía ganando terreno, ya habían caído por debajo del 46 por ciento, con 3.435 hectómetros cúbicos almacenados.
Que presenten estos registros casi de récord también tiene mucho que ver con lo ya tenían guardado del año anterior. Y es que el periodo hidrológico arrancaba el pasado 1 de octubre con las reservas a casi el 62 por ciento, con 4.693 hectómetros cúbicos de agua en los embalse del Duero. Un otoño irregular en precipitaciones permitía ir llenando un poco más los vasos de cara a 2025, que descolgaba la primera hoja del calendario con los pantanos de la cuenca a cerca del 64 por ciento.
Primer trimestre
El primer trimestre ha resultado clave para estos valores. No en vano, desde que empezaba el año hasta que comenzaba la primavera habían aumentado lo almacenado en casi un 25 por ciento, lo que en cifras absolutas supuso más de 1.200 hectómetros cúbicos a mayores en menos de tres meses. Entonces ya estaban a casi el 80 por ciento de sus posibilidades. Y ahora tienen unos 2.000 hectómetros cúbicos más de líquido que al iniciarse el año hidrológico.
Si generoso en precipitaciones ha sido este ejercicio, el anterior con mejores registros (2013) lo fue aún más. Entonces, el calendario particular del agua se iniciaba el 1 de octubre previo con tan sólo 2.819 hectómetros cúbicos en las reservas, que no llegaban al 38 por ciento. Ese invierno incluso siguió restando, pero de cara a primavera se habían recuperado, y con creces, pues en menos de tres meses lograron casi multiplicar por dos lo almacenado y en el periodo habitualmente más húmedo del año siguieron sumando líquido.
De las actuales, el 37 por ciento las guarda la presa de Almendra. Nutrida por las aguas del Tormes, entre las provincias de Salamanca y Zamora, tiene 2.504 hectómetros cúbicos de agua. Está a más del 94 por ciento de su capacidad. En volumen le sigue el zamorano de Ricobayo, con 901 hectómetros cúbicos. Entre ambos suman más de la mitad de lo que guarda la cuenca del Duero en estos momentos.
Por lo que se refiere a los 18 de la CHD, están al 85,7 por ciento, con 2.447,9 hectómetros, casi lo mismo que tenían doce meses atrás. Sí superan el promedio del último decenio, cifrado en 2.201, rozando tres cuartas partes de sus posibilidades de llenado.
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