Tres polluelos de águila calzada crecen en el Campo Grande de Valladolid
Una pareja de esta especie amenazada ya escogió el parque para anidar el año pasado, y su insólita apuesta se ha transformado en la primera puesta documentada de tres huevos en la ciudad
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Tres huevos de águila calzada de una sola puesta, por primera vez eclosionados en Valladolid. Han nacido los tres polluelos, pero es que además lo han hecho en el Campo Grande, un pulmón verde que no deja de estar en un ambiente muy «humanizado», ... ha resaltado el investigador principal de la Asociación Pennatus, Ignacio García Dios, al proceder a anillar a las tres crías, en colaboración con el ayuntamiento vallisoletano. Se trataría de la prole de una pareja que -a pesar de lo insólito de instalarse en un casco urbano lejos del bosque de ribera- ha anidado, por segundo año consecutivo, en un gran pinsapo, un abeto que les proporciona unos veinte metros de altura en la plaza de la fuente de la Fama.
El año pasado, del mismo nido salieron adelante dos jóvenes hembras, un logro que celebró la misma asociación, especializada en esta materia, que ha recordado que esta rapaz migratoria que atraviesa con regularidad el Sáhara está protegida por diversos convenios internacionales, así como por la normativa estatal y autonómica. De tamaño mediano, el águila calzada está incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespres).
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En la última revisión que se ha hecho para el Miteco, se ha propuesto el cambio de categoría a 'Casi amenazada', pues en la actualidad se enfrenta a grandes problemas de conservación, en especial durante los seis meses de invernada en el Sahel, donde se le da caza sin restricción, aunque también a otros retos en suelo español, donde tiene que enfrentarse a tendidos, aerogeneradores, atropellos, colisiones o disparos.
Pennatus ha procedido así este miércoles al anillamiento, marcaje y monitorización de los tres nuevos ejemplares vallisoletanos. El control de los animales servirá para conocer sus movimientos y costumbres, tanto en Valladolid como en su posterior migración, que a finales de septiembre aproximadamente les podría hacer poner rumbo hacia países africanos como Mauritania, Níger o Nigeria, recoge Ical.
El investigador principal de la asociación, Ignacio García Dios, ha destacado la naturalidad con la que la pareja ha reconstruido el nido desde el mes abril, en presencia de visitantes, observadores y trabajadores del parque. Siguió un periodo de incubación de 39 días, eclosión y crianza de los pollos, que se ha podido monitorear gracias a una cámara instalada en el nido y que la asociación reporta en Internet. «Es un caso digno de estudio, ya que nos va a permitir conocer la adaptación de una especie de águila del Paleártico a un ambiente tan humanizado», ha indicado.
El alcalde Jesús Julio Carnero ha acompañado a los técnicos durante los trabajos de anillamiento, marcaje y monitorización de las aves y ha reconocido que la presencia de las águilas calzada es un hecho «extremadamente inusual», por lo que debe ser protegido y puesto en valor dentro de la ciudad de Valladolid.
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