El futuro del carbón

Sin embargo, la realidad no incita al optimismo. Las centrales térmicas apenas han quemado carbón este año debido a la producción de energía hidroeléctrica y eólica, por lo que los parques de almacenamiento están abarrotados de carbón, hasta el punto de que las térmicas podrían funcionar durante muchos meses sin comprar carbón a las minas. Y las térmicas aún no queman y el almacenamiento sigue creciendo.

Otra de las incógnitas radica en el sorpresivo anuncio de un nuevo pacto PSOE-PP sobre el futuro del desarrollo energético. La primera medida ha sido aplazar la subida de las tarifas eléctricas, lo que no ha gustado nada a las grandes compañías. Asimismo, el Gobierno ha reconocido que no hay «líneas rojas», lo que parece indicar que se puede reabrir el debate sobre el futuro de la energía nuclear, lo que, sin duda, afectará al carbón nacional. En este sentido, el PP no ha desvelado aún su postura sobre el carbón, aunque sí ha dejado claro que es firme partidario de la nuclear. A nivel de Castilla y León, el PP lo tiene más claro y se muestra partidario de mantener abiertas las explotaciones de carbón nacional, cuya importancia económica es vital para comarcas leonesas como El Bierzo o Laciana, así como para el norte de Palencia. En este intrincado debate, más esperanzadora es la noticia de que Endesa invertirá hasta 2014 más de 250 millones en modernizar sus térmicas en El Bierzo, un proyecto que, evidentemente, no se llevaría a cabo si los responsables de la compañía no viesen futuro en el carbón nacional.