Tensión ante el inminente realojo de inmigrantes en Villaquilambre

Estos ciudadanos, que ya mostraron el jueves se malestar en una concentración que repitieron este viernes y seguirán los próximos días, acudieron por la mañana hasta el consistorio a presentar denuncias individuales para tratar de evitar la puesta en marcha de la instalación al considerar que se produciría una infracción urbanística y un uso indebido de licencia de actividad hotelera del Chalé el Pozo, ubicado en la localidad de Villarrodrigo de las Regueras y cerrado hace ya varios años.

«Esto no va de política; va de gente, de vecinos y de miedo», aseguró en representación de este grupo Eduardo Fernández, quien explicó que lo que se pretende es «hacer fuerza» ante algo que se está llevando a cabo «con mucho oscurantismo y deprisa y corriendo» y que «va a cambiar la forma de vida». También trasladó el «miedo» de todos ellos ante algo que «podría destruir León» y respecto a lo que «no se puede asegurar que no vaya a pasar nada, porque existen las pruebas de lo que ha pasado en otros lugares».

«No tenemos nada en contra de la gente que está pasando necesidades, entendemos la presión que tiene para poder mandar algo a sus familiares o porque vengan engañados», puntualizó antes de animar a «la gente de León» a que «se una» en su queja.

Mientras, el regidor detalló que tuvo conocimiento el lunes de la llegada de los refugiados al municipio para ser realojados cuando la orden hospitalaria de San Juan de Dios les remitió una comunicación para convocarles el martes, 18 de junio, a una reunión para trasladarles que esta antigua instalación hotelera se iba a convertir en un centro humanitario de acogida de extranjeros. 

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No fue, sin embargo, hasta el miércoles cuando conoció esta información la Delegación del Gobierno -según reconocen-, después incluso de que la Junta de Castilla y León criticara que no se les había informado. Tras esta queja autonómica fue cuando desde el organismo que dirige Nicanor Sen llamó a la Gerencia Regional de Servicios Sociales para comunicarles que se preveía esta llegada que ya conocían al menos hacía dos días el consistorio leonés y la propio orden religiosa.

El regidor criticó por otro lado el «oportunismo» del PP municipal que ha solicitado la celebración de un pleno extraordinario -Vox también lo solicita- para explicar la llegada de los refugiados «cuando no tenía más que preguntar en el Ayuntamiento».

Por su parte, el alcalde de León, José Antonio Diez, expresó «rechazo y repulsa» a las manifestaciones realizadas por miembros de «la extrema derecha» intentando «promover la xenofobia que no conlleva nada más que al odio».

En una línea similar, el sindicato CCOO León pidió también frenar «el alarmismo» ante el realojamiento y lamentó que «la reacción social y política está siendo muy diferente» al caso de la llega de ucranianos. En cambio, desde Vox León animó a los políticos que «colaboran con el efecto llamada» a que «alojen a los inmigrantes ilegales en sus casas».