El teatro, ante su futuro: «El público quiere otras miradas»
En el marco de su Día Internacional, este lunes 27 de marzo, los dos candidatos castellano y leoneses a los XVXVI Premios Max reflexionan en ABC sobre los retos de las artes escénicas
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Valladolid
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Iniciar sesiónHa pasado ya más de una década desde que el medinense Alfredo Noval saliese de la Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León. Siendo egresado ya, no tardó en fundar junto a varios compañeros de promoción la compañía Malalengua «como un ... proyecto personal de investigación y con el fin de apostar por el teatro que queríamos hacer». Pero el verdadero punto de inflexión en su carrera llegó en 2014, cuando estando trabajando en lo que era el café La Candelaria, frente al Teatro Calderón de Valladolid, pidió permiso a su jefe para acudir al cásting convocado por Blanca Portillo para el montaje 'Don Juan Tenorio', incorporándose poco tiempo después al reparto, lo que supuso su traslado a Madrid. Luego le llegaron nuevos desafíos de la mano de Helena Pimenta, Adriana Ozores, Miguel Ángel Lamata o Magüi Mira.
Echando la vista atrás, dice que debe «muchísimo» a cada uno de los directores y directoras con los que ha trabajado «porque esto es siempre un aprendizaje». También lo ha sido su papel de Segismundo ideado por Declan Donnellan y Nick Ormerod en su revisión del clásico de Calderón 'La vida es sueño'. En él, Alfredo Noval reconoce al que hasta la fecha ha sido el «personaje» de su carrera: «Me ha dado el derrumbar ciertos muros, el descubrir otros lugares desde donde poder estimular la creatividad. También otros aspectos que no había explorado como actor. Ha sido una gozada». Le ha brindado también su primera candidatura a los Premios Max , que se entregarán el próximo 17 de abril en el Gran Teatro Falla de Cádiz: «Todavía estoy en shock», confiesa Noval, que competirá en la categoría de Mejor Actor por la icónica manzana con Carlos Hipólito ('Oceanía') y Pere Arquillué (L'adversari').
Y desde esa privilegiada posición que ni se imaginaba que podría alcanzar en sus días en Escuela de Arte Dramático, y en el marco de la celebración del Día Internacional del Teatro, este lunes 27 de marzo, le preguntamos: ¿Cuál diría que es el estado de salud de las artes escénicas en Castilla y León? «Sé que cuando salimos de la escuela el panorama era desolador. Poder mantenerte en esta comunidad sólo dedicándote al teatro es muy difícil. Pero hay una cosa buena, y es que hay una tradición cultural importante. Creo que las instituciones no saben o no se ponen de parte de ese consumidor de teatro tan relevante que quiere que se haga cosas nuevas».
El actor vallisoletano Alfredo Noval y la compañía salmantina La Chana representarán a Castilla y León en los Max
ABCCompetirán en las categorías de mejor actor y mejor espectáculo para público infantil, juvenil o familiar
«No vivimos una situación mala, pero evidentemente faltan un montón de cosas para que el teatro pertenezca más a la sociedad», remarca Jaime Santos, de La Chana, el otro representante castellano y leoneses en los galardones de las artes escénicas, ya que la compañía salmantina competirá en la categoría de Mejor Espectáculo para público infantil, juvenil y familiar por 'Blancanieves', una mirada al clásico llevada al teatro de objetos que prácticamente nació premiada, pues fue reconocida en su estreno en la Feria de Teatro de Ciudad Rodrigo después de un periodo que Jaime define como «duro» tras la irrupción de la pandemia. «Es peligroso eso de te nazca un niño con el pan bajo el brazo porque lo hace a uno tonto», ríe. Dice una de las 'almas' de esta compañía, de las más veteranas de la Comunidad -nació en 1987-, que cuando mira hacia atrás percibe que «ha merecido la pena. Ha sido un acierto. El teatro me ha salvado la vida». Recuerda, no obstante, mucho trabajo, al igual que Noval: «Ha sido muchísimo esfuerzo. Ha habido momentos muy buenos, pero también más difíciles porque esta profesión es muy inestable».
«La mayor ambición»
Cuestionados por los desafíos del género de cara al futuro, el intérprete de Medina del Campo lo tiene claro: «La mayor ambición del teatro es que pueda mantenerse como está». ¿Y la regeneración de públicos? ¿Se percibe? «Sí que es verdad que en ese sentido siempre tienes la cosa de mirar a otros países. Pero llevamos mucho tiempo mirando hacia afuera y es momento de hacerlo para dentro. Creo que el público tiene muchas ganas de que la gente arriesgue, de que los códigos se renueven, de que haya otras miradas y puntos de partida a la hora de crear una obra teatral, y eso está muy bien». Santos, acostumbrado a ver en platea al público familiar y adulto -a los que dirigen sus montajes- ve otra asignatura pendiente: «Hay una edad en la que les perdemos, la adolescencia».
Dice que, por su parte, han hecho intentos, pero percibe que ahora mismo, desde la educación, «no se hace el esfuerzo de llevar a los chavales al teatro». A Noval las artes escénicas le descubrieron, estando todavía en el colegio, «una ventana al mundo», y es lo que quiere transmitir que son porque «creo que es una vía más que eficiente para que todos nos podamos acercar un poco más los unos a los otros y nos entendamos mejor».
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