El servicio de atención a víctimas de abusos de la Diócesis de Valladolid recoge cinco denuncias en tres años

El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, acompañado del psicólogo Diego Velicia y el abogado y secretario de la Asociación Castellano y Leonesa para la Defensa de la Infancia y la Juventud (REA), Antonio Rodríguez Marcos, han presentado este miércoles el balance del servicio, que fue puesto en marcha por el anterior arzobispo, Ricardo Blázquez, y que ahora prevé «ampliar la perspectiva».

En dos de las denuncias que han llegado hasta la oficina, referidas a hechos supuestamente sucedidos en los años 60, los sacerdotes presuntamente implicados ya han fallecido, pero en uno de los casos se ha prestado acompañamiento «personal y psicológico» a la víctima, que además era el denunciante.

En otro de los testimonios recibidos, el caso no pertenecía a la Diócesis de Valladolid, sino que se había producido en otra, pero el denunciante sí residía en la provincia y se aportó asesoramiento.

Los otros dos son "informaciones recibidas y no denuncias formales", ha explicado el psicólogo perteneciente al servicio Diego Velicia. Uno de los casos se conoció a través de las redes sociales mediante una persona anónima. En el quinto caso, la persona afectada no ha llegado "de momento a denunciar", pero sí se ha enviado ya informe sobre este hecho a Roma y está a la espera de que culmine el proceso canónico.

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Todas las denuncias han sido trasladadas y conocidas por el arzobispo , quien ha indicado que en todas ellas, incluso las de las personas fallecidas, «se ha abierto expediente».

Sobre el volumen de casos tratados, ha considerado que quizá «no hay tantos» o quizá hay «cifras ocultas, que no ocultadas» porque hay congregaciones religiosas que tienen su propia oficina o porque las víctimas «necesiten tiempo» para acudir a estos servicios. «Nosotros hemos sido proactivos en la búsqueda», ha manifestado al recordar que uno de los casos que han analizado les llegó a través de redes sociales y fue el propio servicio el que indagó al respecto.

La intención ahora es que este servicio se pueda ampliar y que sirva para «detectar y prevenir» cualquier tipo de violencia contra la infancia en cualquier ámbito, ha explicado. Para ello, el proyecto 'Somos luz en misión' se encargarán de formar a las personas que participen en actividades como catequesis y pastoral para que puedan dar la voz de alarma en caso necesario.

La intención es poder ofrecer también educación afectivo sexual en un «momento de convulsión» y también de «moral y de conciencia» ante las situaciones que se están produciendo, «comportamientos violentos o inadecuados durante las fiestas, de niños contra niños...». «Hacer un llamamiento también de que algo está pasando en nuestra sociedad y en nuestra cultura», ha concluido, antes de advertir de la «celeridad» de los «tiempos modernos».

Y es que, según ha explicado, la cuestión de los abusos sigue estando de «actualidad» y ha puesto como ejemplo el caso de Almendralejo (Badajoz), donde varias menores han sido víctimas al difundirse fotos suyas desnudas creadas por inteligencia artificial.