Scayle: un súpercerebro para el conocimiento
EDUCACIÓN
La Junta pone a disposición de la comunidad científica y las empresas una infraestructura para el cálculo intensivo y las comunicaciones avanzadas
Scayle vive un «boom» para dar soporte a la «enorme» demanda de entrenamiento de sistemas de inteligencia artificial

Las nueve de la mañana, niños y maestros entran en un aula en Castilla y León y conectan su ordenadores y pizarras digitales para comenzar el día. A la vez, un científico de la Comunidad llega a su laboratorio de la universidad para iniciar su jornada y enciende su portátil mientras se está preparando desde León la previsión meteorológica de ese día. Todos estos procesos, rutinas de cada día de muchos miles de castellano y leoneses, se hacen realidad gracias a Scayle, la Supercomputación de Castilla y León.
«Damos servicios a miles de personas sin que lo sepan», como puede ser el caso de los pacientes que acuden a los hospitales de Castilla y León, señala el director de Scayle, Vicente Matellán, para referirse a algunos de los destinatarios y beneficiarios del enorme potencial con el que cuenta este proyecto autonómico.
Se trata de una de las tres Infraestructuras Científicas y Técnicas Singulares (ICTS) que tiene Castilla y León -las otras dos son el Centro de Láseres Pulsados Ultraintensos de Salamanca y el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos-. Es una fundación sin ánimo de lucro creada en el año 2008 por la Junta y la Universidad de León, que centra sus fines en la mejora de las tareas de investigación de las universidades de la comunidad, los centros de investigación y tecnológicos y de las empresas de Castilla y León. Para ello, proporciona un entorno de trabajo excelente en el área del cálculo intensivo, las comunicaciones y los servicios avanzados.
El gran 'cerebro' de este sistema de información, cálculo y comunicaciones es el superordenador situado en León y conocido como 'Caléndula'. Por ejemplo, sus cálculos numéricos son los que permiten las proyecciones meteorológicas de la comunidad todas las mañanas, pero también posibilita los estudios genéticos para la detección de enfermedades o para el desarrollo de fármacos y vacunas, al mismo tiempo que sirve para el diseño de vehículos.
La predicción de incendios es otra de sus utilidades: las cámaras de prevención situadas en once puntos de Castilla y León se monitorizan desde Scayle, iniciativa que también sirve para desarrollar actuaciones de inteligencia artificial como el entrenamiento de redes neuronales. Al mismo tiempo, el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), puede detectar gracias a fotos de satélite qué cultivos hay en distintas zonas o el grado de humedad del terreno. «Para pagar las ayudas de la PAC se usa esta información, por ejemplo», pone de manifiesto Matellán, que añade que «es una gran suerte» contar con esta infraestructura en la comunidad.
En el consejo asesor de Scayle están las universidades públicas de la comunidad y el rector de la de León, Juan Francisco García Marín, preside el patronato, «porque una de nuestras misiones es apoyar la investigación de las universidades» en proyectos como pueden ser los de genética en Salamanca o uno cuántico en Valladolid.
Redcayle
Y es que una de las ramas de este árbol de la ciencia en la comunidad es Redcayle, una red similar a la de los operadores de comunicaciones y que en este caso está formada por más de 1.400 kilómetros de fibra óptica que une a los centros universitarios de las nueve capitales de provincia de Castilla y León, más Béjar y Ponferrada, todos los centros docentes no universitarios de la comunidad, así como los centros sanitarios dependientes del Servicio de Salud, Sacyl.
Gracias a esta infraestructura, también varios cientos de grupos de investigación se comunican y almacenan e intercambian información, esencial para la generación de conocimiento científico. Porque otra de las partes de la infraestructura es 'Opencayle'. Se creó hace tres años y permite el almacenamiento masivo de información. «No queríamos que los datos de las investigaciones de la comunidad se pierdan o acaben en servidores de empresas tecnológicas», comenta Matellán. Además, este almacenamiento permite también la llamada 'Ciencia Abierta' que impulsa la Unión Europea. Por este motivo, las inversiones millonarias de los últimos años han posibilitado a esta infraestructura disponer de 10 petabytes de almacenamiento. Las cifras marean si se piensa en que los más de 60.000 millones de fotos que puede guardar una red social suponen 1,5 petabytes, o que esas cantidades astronómicas implican que 20 petabytes son 20.000 billones de bytes.
Además, Vicente Matellán detalla que se ha hecho «una apuesta muy grande por todas las tecnologías cuánticas». Así, Scayle está involucrado en el proyecto 'Quantum Spain', promovido por el Ministerio de Economía y que tiene como objetivo impulsar y financiar una infraestructura competitiva y completa de computación cuántica en España para aplicaciones como las que tienen que ver con los desarrollos de la Inteligencia Artificial. Mientras, también trabajan con el Instituto de Ciberseguridad, Incibe, en el «intercambio cuántico de claves», la 'criptografía poscuántica'. Porque la ciberseguridad es un elemento que también tocan y han desarrollado proyectos para garantizar que esta gran red de comunicaciones que ponen a disposición de la sociedad sea «lo más segura posible». «Tenemos que mantener una infraestructura crítica las 24 horas del día y hay que tratar de evitar ataques», dice el director de Scayle.
En una jornada técnica sobre esta infraestructura, celebrada recientemente en la Escuela de Ingeniería Informática y Telecomunicaciones de la Universidad de Valladolid, la consejera de Educación del Ejecutivo autonómico, Rocío Lucas, puso de manifiesto que «llevamos años trabajando en esta red de ciencia y tecnología porque, para la Junta de Castilla y León, la innovación, la tecnología y la competitividad son un objetivo prioritario».
Además, Lucas apuntó que Castilla y León ha sido «pionera en la comunicación cuántica y la supercomputación a nivel nacional y europeo», como lo demuestra el plan con que cuentan y que es complementario de la planificación del Ministerio de Ciencia. Para la consejera de Educación del Gobierno autonómico, la gestión de datos y de la información que se genera en las universidades y sus centros científicos, además de su almacenamiento, contribuyen a «posicionarlos» en la ciencia: «Estamos coordinados con ese objetivo de ciencia abierta y transparencia, pero también de conocimiento para hacer avanzar a la sociedad», afirmó y lanzó también un mensaje a investigadores y empresas, para que «sean conscientes que tienen aquí un potencial que ponemos a su disposición» para el crecimiento sin que tengan que «buscarlo fuera de Castilla y León».
Apuesta por la innovación
En esta iniciativa trabajan junto a la Consejería de Movilidad y Transformación Digital del Gobierno autonómico de modo que se puedan aprovechar las oportunidades que las tecnologías avanzadas tienen en el impulso de la creación y la transferencia del conocimiento. La consejera de Movilidad y Transformación Digital, María González Corral, afirmó que «todo esto lo hacemos por esa apuesta por la innovación, por la transformación y por nuestros centros universitarios y tecnológicos, apoyándoles a todos ellos».
Incidió también en que Scayle y la cartera de servicios con la que cuenta, «están a disposición de cualquier empresa o institución interesada». En concreto, solo para potenciar este sistema, desde la Consejería de Movilidad tienen prevista la renovación del soporte óptico de Redcayle, «con una inversión próxima a los tres millones de euros que permitirá multiplicar por diez la capacidad de la red».
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