Puesta a punto en el 'taller' de la Semana Santa
Limpieza, reintegración, vigilancia en los traslados... La labor de los conservadores del Museo Nacional de Escultura, sede de varias de las tallas que procesionarán en Valladolid, es intensa en los meses previos a la Pasión
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En la sala de los pasos del Museo Nacional de Escultura 'huele' a Semana Santa desde hace casi dos meses. Es el tiempo que emplean los técnicos del departamento de conservación preventiva y restauradores de la institución estatal con sede en Valladolid dedican cada ... año a la revisión de tallas, obras de incalculable valor firmadas en el siglo XVII por artistas como Gregorio Fernández o Francisco de Rincón, antes de que muchos de ellas hayan cruzado estos días atrás el umbral de la puerta del Colegio de San Gregorio con destino a los templos desde donde partirán para participar en las procesiones.
Atrás queda un trabajo anual que en esta ocasión ha tenido cierta «complicación» añadida, ya que algunas de estas tallas no han podido ser revisadas hasta bien entrado marzo debido a que se encontraban cedidas en exposiciones. Es el caso, por ejemplo, del conjunto escultórico 'Sed tengo', una de las piezas 'estrella' de la muestra 'Darse la mano. Escultura y color en el Siglo de Oro', que ha albergado el Museo del Prado. También de los ladrones que forman parte del paso 'La Elevación de la Cruz', que formaron parte de la muestra sobre Gregorio Fernández y Martínez Montañés que acogió la Catedral de Valladolid. «Ha sido un año diferente para nosotros. El hecho de que estuvieran fuera algunas tallas ha conllevado un poco más de preparación«, sostiene Fernando Frutos, técnico del departamento de Conservación Preventiva del museo, quien añade también que el hecho de haber formado parte de otros proyectos expositivos ha tenido la positiva consecuencia de que las obras hayan estado sometidas a más revisiones que otros años. En algunos casos «hasta en cuatro ocasiones».
El museo alberga de forma habitual diez conjuntos o tallas que estos días desfilarán por las calles de Valladolid. Tres de ellos están expuestos en la colección permanente. Son los citados 'La Elevación', 'Sed Tengo', además de 'Camino del Calvario'. Con ellos el ritual es el mismo cada año. Desde enero, las cofradías piden por escrito un permiso para que el Ministerio de Cultura de el visto bueno. Con los papeles y el seguro ya formalizados, se comprueba que no haya ningún defecto en figuras ni en el sistema hidráulico, ruedas o peanas.
«Lo primero que hacemos es un mapa de daños con el fin de ver en qué estado de conservación se encuentra la talla», explica Carolina Garvía, conservadora. Se trata de marcar en una fotografía de la obra las posibles alteraciones que haya podido tener «que no suelen ser muchas». En el caso de que la pieza necesite una pequeña intervención, esta suele ser la reintegración de posibles lagunas o la fijación de policromía, «que se hace inyectando cola orgánica para que ésta vuelva a su estado original». De lo que no se 'librará' ninguno de los conjuntos es de una limpieza general y de la revisión de los anclajes: «Debemos ver si las tallas están perfectamente ancladas porque van a tener mucho movimiento». Hace tiempo las figuras se clavaban por los pies a la carroza, pero desde la restauración del año 2000 cada figura tiene su propia base, explica Frutos, y así la obra no sufre directamente al anclarla, pero aún así es fundamental que esté bien sujeta para evitar cualquier contratiempo en su desplazamiento.
Con ese fin también, entre las tareas de los técnicos del museo también ha estado estos días atrás acompañar a los cofrades en los traslados de los pasos por la ciudad hasta los templos. Uno de los últimos en 'viajar' fue el 'Santo Sepulcro' hasta la iglesia de San Benito, el pasado miércoles: «No se trata de una procesión, en la que se suele ir más lento, así que en el trayecto podemos observar el comportamiento de los anclajes y asegurarlos en el caso de que sea necesario».

No es el único riesgo que asumirán estos próximos días estas obras cumbre del barroco, únicas en el mundo. Una vez que ponen el pie en la calle los cambios de humedad y temperatura a las que son sometidas pueden hacer de las suyas. «Todo el mundo está muy concienciado del peligro del agua directa sobre una obra de arte, pero también un ambiente de humedad puede afectar. E igual de malo es que la obra permanezca bajo el sol directo varias horas«.



Aún así, nada tiene que ver la concienciación de la sociedad respecto al cuidado de estas tallas respecto a hace cuatro décadas, cuando comenzó a trabajar Fernando Frutos. «Todo el mundo entiende que la función principal es conservar y si un año no se puede salir, pues habrá que esperar al que viene. Nosotros decimos que en las iglesias también están preciosas. El riesgo debe ser mínimo«, sostiene este técnico.
Con esta premisa, «lo ideal» sería que con altos niveles de humedad no se sacasen las figuras. En el caso de que se haga, la mayor línea roja es la lluvia, que se debe evitar a toda costa porque la capota de plástico, solución de urgencia, suelen tener consecuencias indeseadas: «Los pasos con crucificados no son nada sencillos. Un crucificado con un plástico es un velero. Hay 'cristos' a los que faltan dedos por ponerle plásticos. Y luego está la condensación de agua en el interior. Si va a haber que echar capota es mejor no salir», considera la conservadora.
No obstante, recuerdan estos técnicos que ellos «nunca» pueden suspender una procesión, aunque a veces se les acusa «injustamente» de ello: «Nuestro trabajo es la conservación del patrimonio y podemos hablar de las obras que son custodia del Estado. No decidimos sobre el resto de pasos e imágenes de las cofradías, aunque a veces se tome nuestra opinión como general».
En cualquier caso, la «labor didáctica» ha cundido y hace años que «las cofradías son las primeras que valoran y cuidan su patrimonio». Para muestra, pone el ejemplo del cuidado y profesionalidad que ponen los cofrades del Santo Sepulcro y Santísimo Cristo del Consuelo, con sede en la iglesia de San Benito, cada noche del Sábado Santo para sacar al Cristo de la urna para que esta recorra las calles vallisoletanas ya vacía el Domingo de Resurrección.
Hasta entonces, el trabajo de estos profesionales del Museo Nacional de Escultura será fundamental durante toda la Semana Santa, pues a la labor de asesoramiento se suma cada noche la recepción de los conjuntos escultóricos que 'duermen' en el Colegio de San Gregorio, una faena que desde hace más de tres décadas realiza Fernando Frutos junto a otras dos personas.
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